Global

La franja de Gaza, nueva tierra fértil de grupos islamistas radicales



    La franja de Gaza se ha convertido en una tierra fértil para organizaciones islamistas radicales aún más violentas que Hamas, que el domingo acabó de manera sangrienta con un grupo salafista que se atrevió a desafiar su autoridad, estiman los analistas.

    "La franja de Gaza se ha transformado en un vivero que favorece la aparición de movimientos extremistas y radicales", asegura el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Al-Azhar de Gaza, Naji Shurab. Para el especialista, dentro de la naturaleza misma de estos grupos está "derrocar el orden político y radicalizarse. Consideran que si Hamas es un movimiento islamista, entonces se debe aplicar la ley islámica (sharia)", agrega.

    Cientos de simpatizantes

    El viernes, un grupo ideológicamente cercano a Al Qaida, Jund Ansar Alá ("Los guerreros de Dios"), proclamó un "Estado islámico" en Rafá, al sur de la franja de Gaza. Hamas, que gobierna el enclave palestino desde junio de 2007, lanzó rápidamente una operación con armamento pesado contra la mezquita de Rafá, donde estaban atrincherados los activistas de Jund Ansar Alá, provocando 24 muertos, entre ellos el jefe espiritual del grupo.

    Además, 84 personas sospechosas de complicidad con Jund Ansar Alá han sido detenidas desde entonces y permanecen en lugar secreto, denunció el centro Al-Dameer para Derechos del Hombre, con base en Gaza.

    Jund Ansar Alá cuenta con varias decenas de activistas y algunos cientos de simpatizantes y opera sobre todo en el sur de Gaza, cerca de la frontera con Egito y bastión del movimiento salafista local.

    Guerra religiosa en Gaza

    Esta organización declaró una verdadera guerra religiosa en Gaza, un territorio de 1,5 millones de habitantes, con el fin de imponer la sharia, reprochando a Hamas de no aplicarla. Acusado de traición, Hamas, que se considera islamista pero también nacionalista, se defendió asegurando que la prioridad en la lucha contra Israel, aunque eso no le impidió en el pasado mantener alianzas complejas con grupos salafistas en favor de sus intereses.

    Para el director del centro de Estudios de Derechos Humanos de Ramala (Cisjordania), Iyad Barghuti, Hamas está "atrapado entre dos fuegos" a la vez, entre las sanciones israelíes y su base ideológica.

    "El problema es que sus seguidores son ultrarreligiosas y cuando se dan cuenta de que sus dirigentes siguen la sharia de manera menos estricta, exigen que la impongan", explica Barghuti.

    La batalla acaba de comenzar

    En un comunicado difundido tras el baño de sangre de Rafah, Jund Ansar Alá aseguró que "la batalla por aplicar la sharia no hace más que empezar". El grupo ya amenazó con quemar cibercafés y defienden un mayor rigor y pudor en la indumentaria en las calles y playas de Gaza.

    Para Shurab, los enfrentamientos violentos entre Hamas y organizaciones salafistas podrían multiplicarse en Gaza: "A pesar de los intentos por erradicar estos grupos, Hamas nunca será capaz de vencerlos por completo".