Desde que dejó de ser primer ministro hace casi nueve meses, Tony Blair no ha parado de ganar dinero. Las cosas no le pueden ir mejor. Hasta el punto de que va camino de convertirse en el ex primer ministro más rico de la historia de Reino Unido, con unos ingresos que podrían llegar a los 40 millones de libras al año (unos 53,4 millones de euros). Y eso que no cobra nada por su trabajo de enviado del Cuarteto -UE, ONU, EEUU y Rusia- a Oriente Medio.Los Blair son una máquina de hacer dinero. Lo que en un principio pareció un revés para la familia, ha terminado siendo lo contrario. Al dejar Downing Street, cambiaron dos casas gratuitas -una entre semana y otra de fines de semana- por hipotecas de casi cinco millones de libras para las cinco casas que habían comprado. La última, la de Connaught Square, nada menos que en la esquina de Hyde Park con Oxford Street, les costó 3,5 millones de libras (4,6 millones de euros) en 2004. La pareja paga unas 20.000 libras (26.713 euros) al mes en letras.El segundo varapalo para la economía familiar fue la caída de sus ingresos, pasando de la nómina de primer ministro, 187.611 libras al año a otra de simple parlamentario de 60.675 libras. Además, Blair aceptó un trabajo a tiempo completo por el que no cobraba.Una etapa de cambiosEn la práctica, no fue un cambio tan malo. Tony Blair percibe una pensión vitalicia de 63.468 libras, que le corresponde por su condición de ex primer ministro... y sólo tiene 54 años. Cuando llegue a los 60, cobrará otra pensión de 40.000 libras por haber sido parlamentario desde 1983.A esto hay que sumar los dos cargos como asesor que ha firmado en los últimos meses. Uno para la aseguradora Zurich por 500.000 libras anuales (668.000 euros) y otro para el tercer banco de inversión del mundo, el americano JP Morgan Chase, que puede ascender a los dos millones de libras (2,6 millones de euros).Durante los diez años que fue primer ministro cuidó de manera especial su relación con los principales empresarios del mundo, como el magnate indio del acero, Lakshmi Mittal o el polifacético Richard Branson.Blair está cotizado más por su impagable agenda de contactos, sobre todo en Oriente Medio, que por sus conocimientos de economía, que él mismo ha reconocido que no son su fuerte.Empresa y universidadDe hecho, Tony Blair es el primer jefe de un Ejecutivo laborista que pasa al sector privado. Hasta ahora, éste parecía un camino reservado a los conservadores: John Major se convirtió en consejero de la compañía de capital riesgo Carlyle; Thatcher pasó a la tabaquera Philip Morris; y Health, a Arthur Andersen. Los primeros ministros laboristas pasaban a las aulas universitarias. Blair ha sido el primer líder de izquierda en romper esta tendencia en las islas; como Schröeder lo hiciera en Europa.Sus emolumentos se dispararán con los derechos de su autobiografía, que ascienden a 4,6 millones de libras (6,1 millones de euros) y que firmó con Random House, la editorial dirigida por Gail Rebuck, esposa de un miembro de su gabinete. Las memorias aparecerán en 2009 y están más cotizadas que las de Clinton o Thatcher.Entre 100 y 200 mil libras por charlaPero el gran negocio está en sus honorarios por conferencia, que oscilan entre las 100.000 y las 200.000 libras por charla (entre 133.600 y 267.165 euros). Por dar tres o cuatro discursos, se embolsa 500.000 libras al mes (667.913 euros). Las palabras de Blair son ahora mismo las más cotizadas, como lo demuestra el cheque que cobró de 240.000 libras (320.598 euros) por una charla de tres horas a un grupo de directivos chinos en noviembre.Para canalizar todo este volumen de negocio ha creado una fundación, la Blair Fundation, con la que pretende llevar a cabo proyectos como fomentar el diálogo entre religiones o luchar contra el cambio climático.La fama de Blair también ha beneficiado a su esposa Cherie, cuya nómina anual de 100.000 libras se infla considerablemente con lo recaudado en su circuito de conferencias, a razón de 25.000 libras la charla. Además ha firmado un contrato de un millón de libras por publicar sus memorias.La ex primera dama ha sido muy criticada por su obsesión con el dinero y de aprovechar la fama de su marido en beneficio propio. Tony Blair también fue acusado de enriquecerse con la destrucción de Irak, por la suculenta nómina que le paga JP Morgan, el banco elegido para administrar el Banco Comercial de Irak, encargado de financiar la reconstrucción.