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"Animar a emprender está bien, pero modernizar el país pasa por hacer más cosas que campañas mediáticas"

  • "Muchos aspectos de la nueva Ley debilitan el sector del crowdfunding"
Daniel Oliver, presidente de la Asociación Española de Crowdfunding.


"La financiación colectiva tiene muchísimo que ofrecer a la sociedad, en cuanto ésta consiga integrarla en su día a día". En palabras de Daniel Oliver, sobre esta afirmación trabaja la organización que preside, la Asociación Española de Crowdfunding.

El espectacular impulso que esta nueva forma de conseguir crédito ha logrado en nuestro país, hace que sea imprescindible la labor de una agrupación que promueva los principios de un sector que, aunque novedoso, ha dado y dará mucho de que hablar. Según Oliver, "lo que ahora se trata como una cosa rara, con un nombre en inglés, irá convirtiéndose en la manera estándar de juntar dinero".

¿Cuál es el papel que desempeña la Asociación?

Nuestra misión es, básicamente, expandir el crowdfunding, por lo que defender los intereses empresariales de sus miembros es una prioridad secundaria. Nos organizamos para negociar legislaciones, obtener ventajas fiscales y demás, pero esencialmente nos centramos en ofrecer conocimiento sobre crowdfunding. Hacemos conferencias, cursos, talleres, entrevistas, asesoramiento, y cualquier cosa que esté a nuestro alcance para que esta forma de desintermediación financiera llegue más rápido a España. Además, la Asociación está formada por una cuarentena de plataformas y profesionales asociados, respaldados por el UEI-Foment del Treball, una agrupación que representa a unas 2.000 empresas.

¿Qué papel tiene el 'crowdfunding' en el emprendimiento?

Es una herramientas para financiarse y, además, obliga al emprendedor a ser más innovador, abierto y transparente. El crowdfunding acabará generando un cambio de mentalidad en el empresario español, que ya no podrá acudir a pedir dinero al banco con la confianza de su director de oficina... En cuanto al tipo de crowdfunding más adecuado, el de recompensa es quizá el modelo que más puede ayudar al emprendedor en sus primeros pasos, ya que le permite hacerse con el complicado primer capital -entre 3 y 30.000 euros-.

Recientemente se ha aprobado el Proyecto de Ley de Fomento de la Financiación Empresarial, en cuya redacción participaron desde la Asociación. ¿Cuál es su opinión sobre la norma?

Como Asociación, tenemos que decir que el hecho de que haya una ley específica para el crowdfunding es bueno, ya que nos da legitimidad frente a la ciudadanía, los inversores y los empresarios. Pero eso no quiere decir que la Ley sea buena. Por una parte, presenta demasiados aspectos que debilitan el crowdfunding español, como los límites a la inversión de 3.000 euros por persona o la restricción a la cantidad de dinero que las empresas pueden captar a 2 millones por año. Con esto, el sector queda limitado a una parte algo anecdótica de la economía: no puede usarse para empresas medianas, ni grandes, ni para grandes proyectos, ni para colectividades de inversores no profesionales... Así, creemos que el legislador se ha basado en lo poco que sabe sobre crowdfunding y lo ha ampliado un poco por si acaso, pero en ningún momento ha querido ver más allá. La Ley nacerá anticuada y será completamente inadecuada en apenas un par de años.

¿Qué le falta al sector de la financiación colectiva en nuestro país?

Creemos que necesita integrarse en la sociedad como lo que es: una herramienta que cualquier ciudadano puede usar, para cualquier fin, en cualquier momento. En cuanto al Gobierno, pensamos que debe tomársela en serio y darse cuenta de que entramos en una economía globalizada en que las legislaciones hiperrestrictivas no tienen sentido.

Una lista de deseos para 2015...

Puestos a pedir, pediríamos al Banco de España que facilitara a las empresas de crowdfunding un servicio de pago online con custodia de capitales, que sean ellos los que guarden el dinero de las campañas y así podrán tener un mayor control sobre el dinero que se mueve. Por supuesto, abogamos por la eliminación de los límites de captación de capitales y los de la inversión por persona, ya que creemos que tratar a la gente como si fueran niños puede eliminar riesgos inmediatos pero a la larga genera sociedades dependientes. Además, buscamos conseguir exenciones fiscales, así como eliminar las trabas al emprendimiento. En este sentido, creemos que es absurdo la cantidad de obstáculos que afrontan los emprendedores en España: cuotas de autónomos, gastos de registro, notariales, de gestoría, liquidaciones trimestrales de impuestos, y una ley de sociedades compleja y restrictiva. Por poner un ejemplo, la web del Registro Mercantil, en la que se solicita el registro del nombre de una empresa, tiene horario de oficina, hasta las cinco de la tarde. Animar a la gente a emprender está bien, pero modernizar el país pasa por hacer más cosas que campañas mediáticas .