La formación para directivos se topa con la falta de inversión a largo plazo

Crece la demanda de formación por parte de los perfiles directivos de nuestro país. En cambio, cuando hablamos de ofrecer un aprendizaje a largo plazo, éste se topa con la dificultad añadida de la menor inversión continuada en el tiempo que sufre la formación para directivos dentro de nuestas fronteras, una particularidad especialmente característica de España. Así lo confirma VamDyck Silveira, consejero delegado de Financial Times e IE Corporate Learning Alliance

De hecho, según la encuesta Global Corporate Learning Pulse, elaborada por ambas entidades y ofrecida en exclusiva a elEconomista, los altos directivos son conscientes de los beneficios que aportan en el largo plazo el aprendizaje y el desarrollo del liderazgo, pero la formación se sitúa por detrás de otras prioridades empresariales.

En contraposición, entre los principales retos, según los directivos encuestados, se colocan la ciberseguridad (para el 46%); el crecimiento del mercado (38%); y el desarrollo de la estrategia (29%). En línea con el primero de los desafíos, Silveira destaca que "la posibilidad de sufrir espionaje digital, unido al riesgo de perder una ventaja estratégica de la compañía con motivo de ese hecho, son unos de los principales quebraderos de cabeza de los consejeros delegados". Por eso, Silveira asegura que "la formación de directivos desempeña un papel fundamental para ayudar a las compañías a superar estos retos y desarrollar la próxima generación de líderes empresariales".

Por otro lado, y en cambio a lo que cabría esperar por la creciente incertidumbre política en la que se encuentra inmersa la Unión Europea, solo el 11% de los altos directivos de España se refiere a los factores geopolíticos como un problema importante, según se deriva de las encuestas -realizadas a casi 1.000 altos directivos europeos, chinos, de los países del Consejo de Cooperación del Golfo y de Japón-.

Otra de las perspectivas que analiza el estudio es la visión que estos profesionales tienen sobre el efecto de la formación y el desarrollo del liderazgo: "muy positiva", tal y como confirman desde la organización. Pero ¿cómo debería ser el programa de aprendizaje y liderazgo ideal? Silveira apunta que este último "se tiene que aprender ejerciendo y entrenando", a lo que añade la necesidad de "aprender a jugar en lenguajes distintos, tocar los sentimientos de los interlocutores y saber cuando parar, es decir dejar el puesto para que promocione una persona que tenga mejores competencias y capacidades".

Por el momento, la investigación apunta a que los programas de desarrollo de liderazgo y aprendizaje no se han igualado a las expectativas de los profesionales senior. Sin embargo, estos perfiles se muestran optimistas sobre este asunto, ya que parecen confiados en que valdrá la pena la inversión en los programas futuros.

A día de hoy, las principales prioridades sobre el aprendizaje en este entorno se concentran en la estrategia y la planificación; la ejecución de la estrategia; el compromiso de los clientes; las capacidades de liderazgo; y, por último, la innovación de éxito.