Investigación Aeroespacial, Biotecnología y Salud son los sectores con más presencia en los centros madrid/BARCELONA. Los parques tecnológicos empiezan a mostrar de lo que son capaces. Son espacios compartidos por empresas (la mayoría son pymes) dedicadas a desarrollar nuevas tecnologías, coordinados por una administración y en contacto con una universidad. En estas incubadoras primero se gestan y luego desarrollan las tecnologías del futuro. Alicia Hinojosa, de la División de Infraestructuras del Instituto Madrileño de Desarrollo (Imade), afirma que las pymes dedicadas a ciertas tecnologías pueden sacar mucho provecho si se instalan en dichos parques, ya que suelen prestar servicios subsidiarios a las grandes empresas instaladas en estos centros o en sus cercanías. Y además sirven para desarrollar su producto en un entorno con empresas similares a las suyas. "El modelo es el de Silicon Valley, en Estados Unidos", recalca Hinojosa.El primer escollo que las pymes deben salvar para entrar en un parque es recibir el visto bueno de una Comisión (integrada por representantes de la universidad y de la comunidad autónoma en cuestión), que evalúa el proyecto. "Se examina a la empresa, su departamento de I+D+i, el número de licenciados que tiene, la actividad, etcétera", dice Hinojosa. En caso de emergencia, este proceso dura una semana. Recibida la autorización, la empresa negocia con el consorcio del parque la cesión del derecho de superficie, o la compraventa de terreno para sus instalaciones. En el caso del parque de Leganés (Madrid), el metro cuadrado edificable cuesta 240 euros. A esta cantidad hay que sumar la inversión que la pyme deberá realizar para levantar sus instalaciones, por lo que la cifra final es variable. Desde que la empresa recibe la autorización hasta que empieza a operar pasan unos dos años de media.Esta responsable de Imade asegura que la inversión merece la pena, y que su experiencia le ha demostrado que las pymes dedicadas a la alta tecnología quieren pertenecer a un parque tecnológico, sobre todo porque los propios consorcios ayudan a las pymes a buscar la financiación necesaria a través de diferentes organismos, como AvalMadrid; o buscando el apoyo de otros socios. Un 75 por ciento de los parques está participado por la administración autonómica, un 13 por ciento por la provincial y un 6 por ciento por la local. Casi siete de cada diez parques optan por la fórmula de sociedad anónima como forma de gestión y un 20 por ciento está gestionado por organismos públicos. 7.500 millones de facturaciónLa Asociación de Parques Científicos y Tecnológicos de España (Apte) asegura que la facturación de los más de cuarenta parques tecnológicos del país ascendió a 7.494 millones de euros en 2005. La innovación y la dinamización son los elementos más característicos de estas instalaciones, y uno de las principales diferencias con un polígono industrial, por ejemplo. "En un parque tecnológico conoces a tus vecinos porque se trabajan en el mismo ámbito y, a veces, las empresas se prestan servicios mútuamente", mantiene Hinojosa. La mayoría de estas instalaciones se centran en Tecnologías de Información y Comunicación (TICs), en biotecnología, industria aeroespacial, sector farmacéutico e ingenierías. Madrid cuenta con cinco parques (en Tres Cantos, Alcalá, Leganés, Getafe y otro de reciente creación en Móstoles). El País Vasco es la comunidad con mayor número de este tipo de instalaciones, afirma Stephan Ruiz, de Apte. Según un estudio de la consultora DBK, los centros tecnológicos situados en esta comunidad representan el 36 por ciento de la extensión total de estos parques en España. En los próximos años se espera que Andalucía, que en la actualidad tiene el 22 por ciento de la extensión, pase a ocupar el primer lugar seguida del País Vasco y de Madrid, que ahora representa un 13 por ciento del total de los parques en funcionamiento del territorio nacional.La Apte cifra en 2010 las empresas que funcionan desde centros tecnológicos. En apenas siete años, la cifra de empleo de los parques españoles ha pasado de 13.000 a 51.488 trabajadores, de los cuales 10.140 desempeñan su labor en empresas dedicadas exclusivamente de Investigación y Desarrollo (I+D). Aunque las nuevas tecnologías de la información y las telecomunicaciones son los sectores más representados en estos centros, otros campos (como el de medio ambiente) entran lentamente en estas nuevas plataformas.