Son dos de los nuevos perfiles de negocios que se suman a las empresas en concurso de acreedoresEn lo que va de año la cantidad de sociedades en suspensión de pagos se ha reducido un 3,2%madrid. Entre enero y octubre de 2010, el número de empresas que ha solicitado el concurso de acreedores (la antigua suspensión de pagos) es menor que en el mismo periodo de 2009. Concretamente un 3,2 por ciento más bajo, con algunos sectores experimentando un descenso en el número de casos de hasta el 40,8 por ciento (ver tabla), según datos recopilados por Crédito y Caución. ¿Significa eso que comienza a vislumbrarse luz al final del túnel? "El dato puede llevar al engaño. Se podría decir que una de las razones por las que se ha reducido la cantidad de sociedades que entran en concurso es porque las que estaban realmente mal ya se encuentran en este proceso", explica al respecto Raimon Casanellas, presidente del Registro de Economistas Forentes. Nuevos sectores en riesgo Hay otro aspecto que resta optimismo al descenso de sociedades concursales, y es la entrada de esta figura en subsectores que tradicionalmente no parecían acusar riesgos. "Entre los nuevos perfiles de empresas en concurso aparecen empresas de trabajo temporal y empresas dedicadas al café y sus derivados", indican desde el Consejo General de Colegios de Economistas. "Nosotros no tenemos constancia de que estén creciendo los concursos entre nuestros asociados", matizan desde la Federación Española del Café sobre su segmento de actividad, "pero sí hay compañías dedicadas a la importación de café que han decaído su actividad". Sucede que el sector dedicado a la alimentación es el que ha experimentado el aumento más significativo en cuanto al número de empresas en concurso de acreedores durante este año, con respecto a 2009. También ha aumentado el número de farmacias, una actividad tradicionalmente asociada a una alta facturación, en concurso. "Se está notando que, entre las personas físicas que se acogen al concurso, se encuentran dueños de farmacias". Ya en 2009 comenzaron a registrarse casos aislados, que han ido creciendo a lo largo del presente año, "aunque es difícil de cuantificar, porque entran como personas físicas, no jurídicas y es preciso revisar cada caso para notar a qué sector pertenece", aclara Casanellas. Posibilidad de salida Entre enero y octubre de 2010 han entrando en concurso más de 4.600 sociedades. ¿Qué futuro les depara? La estadística refleja que más del 90 por ciento de las compañías concursadas terminan en cese de actividad, siendo muy pocas las que lo superan. "Eso, en parte, es porque actualmente es un proceso farragoso y largo", concreta Casanellas, para quien, además, "a esto se le une un elemento cultural. Aquí en España está mal visto el concurso de acreedores, y muchas entran en él cuando ya es demasiado tarde". Actualmente hay dos maneras de acogerse a esta figura: por la vía voluntaria, siendo la propia empresa la que lo presenta, o por la vía ajena, cuando son los acreedores quienes solicitan su concurso. "En el primero de los casos, muchas compañías entran sin tener un plan para salir, por eso la mayoría no lo supera. Lo ideal es analizar si la empresa es viable o necesita acometer un plan de liquidación. A partir de ahí se elabora la estrategia concursal a seguir". El caso Masfrío Otro detalle sería analizar si no queda otra alternativa que acogerse a esta figura. "La mayoría de las empresas, cuando necesita hacer recortes, lo hace por abajo, presentando un ERE o entrando en concurso, cuando a veces un cambio desde arriba, remodelando el organigrama, funciona". Ésta es la receta que da Santiago Montejo, director general del Grupo Masfrío, una compañía que, de acumular pérdidas de 10 millones de euros, ha pasado a presentar beneficios en los últimos dos años. "En el sector industrial muchas empresas tradicionales tienen organigramas inmovilistas, con una concentración de poder y mando muy acentuada y toma de decisiones muy vertical. Nosotros lo que hicimos fue reestructurar los departamentos, delegando funciones y eliminando la improvisación y la dependencia de un único mando. No despedimos a ningún trabajador. Simplemente cambiamos la manera de pensar las cosas", recomienda este directivo.