Cada año, España incrementa su número de compra-venta de compañíasMadrid. "Hoy, en España, existe mucha más cultura financiera que hace 20 años. La liquidez propicia que estén aumentado las fusiones y adquisiciones de empresas cada año, aunque todavía estamos lejos de países como Estados Unidos", asegura Josep Tàpies, coautor- junto con Pedro Nueno- del estudio del IESE ¿Cuándo hay que vender una empresa? Sin duda, saber cuándo ha llegado el momento de poner a la venta nuestro negocio constituye una de las decisiones más importantes en la gestión de cualquier empresa, tanto para evitar su cierre como para asegurarnos los máximos beneficios. Pero, ¿qué aspectos hay que valorar? Según Tàpies y Nueno, son ocho las cuestiones a tener en cuenta para saber si ha llegado el momento de vender: propiedad y gestión, recursos, propuesta de valor, entorno competitivo, sustitutos o interacción con otras industrias, regulación, visión global y control regular. Un análisis rigurosoEn primer lugar, las necesidades del mercado cambian. Así, el empresario, que durante mucho tiempo ha llevado las riendas del negocio, puede no ser la mejor opción de futuro. Incluso, determinadas estructuras de gobierno pueden evidenciar lastres que requieran de una renovación total, es el caso de muchos negocios familiares en cuyo seno aparecen tensiones. Además, hay que analizar cuál es el valor competitivo de la compañía, qué es lo que diferencia a su negocio del resto: si su punto fuerte es el diseño, la marca, la reputación corporativa, los costes, etcétera. Por supuesto, este último aspecto va íntimamente unido al estudio de los movimientos del mercado en el que estamos operando. Puede ocurrir que el avance de las nuevas tecnologías ofrezca instrumentos valiosos que refuercen nuestra posición, o todo lo contrario. En ocasiones, cambios en la regulación vigente tienen un gran impacto en el valor de la empresa. En definitiva, echar una mirada al presente en movimiento es imprescindible a la hora de tomar la decisión correcta. En cualquier caso, estos cinco factores en raras ocasiones tienen la fuerza suficiente, por sí solos, como para decantar la balanza hacia uno u otro lado. La aparición simultánea de dos factores de riesgo sí podría alertarnos de la necesidad de vender la empresa. Por último, es necesario abstraerse de cualquier factor emocional que para el empresario pueda tener la evaluación de su negocio y realizar exámenes de situación de una manera periódica que faciliten la toma de decisiones.Las emociones perjudican"Normalmente, los factores emocionales son los que más priman en la resistencia de algunos empresarios a desvincularse de su compañía", asegura Tàpies. En efecto, pensamientos como "todavía no es el momento", "qué dirá la gente", "qué haré yo" o "sería una deslealtad a mis trabajadores", se convierten en un ritual para los responsables que se enfrentan a una venta. En otras ocasiones, la propia falta de experiencia impide que el empresario conozca las pautas que tiene que seguir en estas operaciones: revisión del negocio (posicionamiento, estrategias, equipo, clientes, etcétera); visibilidad (relación con los medios, web, imagen corporativa); revisión financiera (cuentas anuales, auditoría, activos, pasivos, gastos); revisión laboral (personal, convenios, compromisos adquiridos, legislación del sector); revisión fiscal (inspecciones, impuestos, contingencias); revisión legal (capital social, escrituras, poderes, patentes, licencias, avales, etcétera) y estudio medioambiental. Por último, tres recomendaciones básicas hay que vigilar en el momento que decidimos vender la empresa: firmar un acuerdo de confidencialidad, manejar los flujos de información y marcar un calendario que evite procesos demasiado largos.