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Bernanke: "No hay bancos zombies"
El presidente de la Fed desmiente los rumores de una nacionalización masiva de bancos en EEUU.
El presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, echó ayer más leña al fuego del pesimismo sobre la economía al asegurar que la recuperación tardará en llegar más de tres años. Pero eso es algo que el mercado tenía bastante descontado en unos precios que no estaban tan bajos desde 1997, así que esta previsión no pilló por sorpresa a nadie.
Sin embargo, Bernanke dijo otra cosa que sí provocó un respiro de alivio entre los inversores, lo que permitió el fuerte rebote que anoche experimentaron todos los índices. Lo que dijo el presidente de la Fed es que no hay bancos zombies en EEUU.
¿Y qué es un banco zombie?
Este término se ha popularizado para definir aquellas entidades que existen pero sólo están vivas gracias a la ayuda gubernamental. Este término se inventó para los bancos japoneses durante la 'década perdida' de los 90.
Según Bernanke, no es una definición adecuada de los mayores bancos norteamericanos: "Todos tienen un importante valor de marca, todos están prestando, todos están activos y todos tienen importantes franquicias internacionales", argumentó ayer en su comparecencia ante el Senado.
Añadió que calificarlos como zombies implica que no hay ningún control sobre estas entidades, lo cual no es cierto: "Pero no nos limitamos a dar capital a estas instituciones y a dejarlas hacer lo que quieren. Vamos a ser muy duros con ellas para asegurarnos de que toman las medidas necesarias, por drásticas que sean, para restablecer su rentabilidad".
No a la nacionalización
Por eso, Bernanke descartó una nacionalización de los principales bancos del país, algo que hará "más mal que bien", en su opinión. "Ninguno de los mayores bancos están sujetos a una nacionalización en este momento", afirmó rotundamente. Que era justo lo que quería oír un mercado que el viernes pasado hundió a los bancos por los rumores de nacionalización de Citigroup y Bank of America.
"Nacionalizar los bancos sólo destruiría el valor de su marca y crearía una elevada incertidumbre legal, y no veo ninguna razón para ello cuando simplemente no es necesario", dijo.
Se trata de la señal más clara hasta ahora de que las autoridades norteamericanas esperan sostener a los bancos sin tener que alcanzar esos extremos. "No nos hace falta tener la mayoría del capital para trabajar con los bancos. Tenemos una supervisión muy fuerte que puede trabajar con ellos para que hagan lo que sea necesario para volver a dar beneficios. No tenemos que comprarlos para hacer eso", añadió.
Se espera que esta semana concluyan los tests de stress a los que la Fed ha sometido a los principales bancos con el fin de evaluar cuánto capital adicional necesitan para seguir prestando dinero durante una recesión mayor de lo esperado. El Gobierno les ofrecerá ese capital, con la intención de, en el futuro, venderlo a accionistas privados.
Limbo regulatorio
Ahora bien, el presidente de la Fed admitió que los bancos que han recibido capital estatal se encuentran en una especie de limbo regulatorio, dado que no pueden cerrar directamente un banco que ha recibido ayuda estatal si cumple con los requisitos mínimos de capital. Y también aseguró que no hay ningún plan para forzar a un banco a declararse en quiebra por el enorme impacto que tendría en la confianza del mercado.
Así, admitió que algunos bancos son tan grandes que su caída sería catastrófica para la economía. Pero ése es un problema del que se ocupará cuando pase la crisis. Ahora la prioridad sigue siendo salvar a los bancos, no redefinir su modelo.