Fútbol

La maldición del partido de vuelta amenaza con dejar al Madrid sin final

  • Los últimos nueve finalistas lo han sido tras jugar la vuelta de visitante
  • Desde 2012 el Madrid ha desaprovechado tres veces el factor campo
Carvajal, hundido tras la eliminación del Real Madrid en la vuelta de las semifinales de 2015. Imagen: Reuters

Javier Martín

El fútbol es ese deporte en el que todo está analizado hasta el último milímetro, pero en el que mandan, en ocasiones, maldiciones que parecen sacadas del mismísimo Génesis o de cualquier obra de Tolkien.

Las hay modernas, como aquella que dice que en la Champions (que no la Copa de Europa) nunca un campeón repite título.

Las hay antiguas y recurrentes, como esa con forma de tópico que afirma que el que perdona, la paga (ayer el Bayern de Múnich hizo bandera de esta muletilla).

Existen incluso algunas personalizadas, como ésa que se apellida Guardiola y que afirma que todo equipo que lo deja en el camino en semifinales europeas acaba ganando la 'Orejona' (¿Atlético campeón?)

La maldición del partido de vuelta

Y en entre tanta fábula estadística emerge una que hoy podría dejar al Real Madrid por el camino y que bien se podría bautizar como 'la maldición del partido de vuelta'. Un nombre largo que ha contagiado las cuatro últimas ediciones de la Liga de Campeones y que ya se ha dejado notar en la primera de estas semifinales.

Su desarrollo es simple: los últimos ocho finalistas de la Champions (nueve si contamos también al Atlético de Simeone), han llegado a la gran cita en la que se decide el campeón después de jugar las semifinales primero en su estadio y luego en el del enemigo.

Así sucedió con Chelsea (tumbó al Barça en el Camp Nou), Bayern (eliminó al Real Madrid en el Bernabéu) en 2012.

En 2013 el Borussia Dortmund se clasificó para la cita de Londres después de frustrar la remontada blanca en la capital. El Bayern pasó después de un triunfar 0-3 en la vuelta jugada en Barcelona.

Ya en 2014 el  Real Madrid venció 0-4 en el Allianz Arena y el Atlético del Cholo ganó al Chelsea en Londres.

El año pasado fue el Barça el encargado de eliminar al Bayern tras jugar la vuelta en Baviera y la Juventus hizo lo propio con el Real Madrid después de sufrir un gol de su propia costilla, de Álvaro Morata.

Hoy el Real Madrid tendrá la oportunidad de romper este maleficio en su estadio frente al Manchester City. El problema es que el resultado de la ida no lo pondrá fácil. Cualquier empate con goles clasifica al City. Los de Zidane sólo pueden ganar.

Un entrenador que, por cierto, no podrá contar ni con Benzema, ni con Casemiro y que alineará a Cristiano Ronaldo contra el consejo de sus propios médicos. A ello hay que unir que, desde 2012, el Real Madrid ha desaprovechado las tres ocasiones en las que ha contado con el factor campo a su favor en semifinales de la Champions. 

Ingredientes negativos del que no salen perspectivas halagüeñas para romper la maldición del partido de vuelta.