Fútbol
Hubo 'Florentina' en Wolfsburgo: el presidente bajó al vestuario tras la derrota
Javier Martín
Hace décadas, con Santiago Bernabéu aún como presidente del Real Madrid, las derrotas del equipo blanco solían ir acompañadas de una rutina no muy agradable para los futbolistas. El máximo mandatario bajaba al vestuario y allí, delante de todos, les abroncaba por lo visto sobre el terreno de juego. Así se las gastaba Bernabéu. Así eran sus famosas 'Santiaguinas'. Un ritual que ayer, adaptado a los tiempos modernos, repitió Florentino Pérez, su sucesor aaños después en el cargo. Ayer, en Alemania, hubo 'Florentina'.
El actual presidente bajó al vestuario para encontrarse a los suyos. No es habitual que el también presidente de ACS se desplace con el equipo lejos del Santiago Bernabéu, pero la ocasión lo merecía. Hay que recordar que el presidente del Wolfsburgo es amigo personal de Florentino Pérez.
Francisco Javier García Sanz, madrileño afincado en Alemania es uno de los altos ejecutivos de Volkswagen, el grupo de automoción dueño de este equipo quién, hace unos años, decidió colocar a este también madridista de corazón al frente de la escuadra germana para reflotarla. El reencuentro entre Florentino y García Sanz fue, por lo tanto, la excusa ideal para que el dirigente blanco se desplazara hacia lo que seguramente pensabas que sería un partido fácil. Ni mucho menos.
Ahí, en la intimidad del Volkswagen, el presidente se encontró cara a cara con sus jugadores y, cuentan las voces que han filtrado la reunión, les arengó con palabras de ánimo para que en la vuelta, en el Bernabéu, el Real Madrid reaccione y consiga una remontada que la historia, sin embargo, parece negarles. Desde 1993 el Real Madrid no consigue levantar un 2-0. En Europa semejante gesta se remonta a 1985.
Se desconoce si el tono que usó Florentino Pérez fue similar al que utilizaba en su tiempo don Santiago con sus 'santiaguinas', aunque a buen seguro que la bronca que les habría echado él, Bernabéu, habría sido mucho más terrorífica que cualquier que hayan recibido jamás los futbolistas de una plantilla poco gustosa de broncas voz en alto. Que se lo pregunte a Mourinho o Benítez, ambos fuera del Real Madrid, en parte, por su divorcio con los jugadores.