Fútbol

Cristiano Ronaldo, su enfado en la goleada al Depor y su nuevo heredero

    Cristiano, cabizbajo, tras marrar una ocasión. <i>Imagen</i>: EFE

    Javier Martín

    El Real Madrid está viviendo el inicio de lo que parece ser que se convertirá en una etapa ilusionante. El adiós de Benítez y la llegada de Zidane ha supuesto un soplo de aire fresco. Ésa fue la sensación que dejó la goleada (5-0) al Deportivo de la Coruña del pasado sábado. Un triunfo con un único 'pero'. Cristiano Ronaldo se marchó evidentemente enfadado después de sumar un nuevo encuentro sin ver portería. Enfadado consigo mismo y enfadado, por momentos, con sus compañeros, por no facilitarle la posibilidad de ver portería se hizo palpable durante buena parte de la segunda mitad. Enfadado, quizá, por ver como Bale hacía un hat-trick y se convertía, al menos temporalmente, en la nueva referencia del madridismo. Su heredero reclama el trono del Santiago Bernabéu.

    Todo comenzó cuando Gareth Bale logró su tercer tanto en su cuenta particular, el 4-0 del partido.

    El partido transcurría por el minuto 63 cuando un córner botado por Kroos fue conectado a la perfección por la testa del galés. Un golazo muy celebrado por todo el equipo blanco.

    Rápidamente la totalidad del once merengue se marchó a la esquina para festejar como un grupo unido la joya que había dejado el '11' merengue. Todos menos Keylor Navas (por pura cuestión de lejanía) y Cristiano Ronaldo.

    Y es que este gol permitía a Bale sumar un nuevo 'hat-trick' y, de paso, confirmarse como el delantero más en forma del momento para los blancos. Los focos ahora le apuntan a él, no a Cristiano. Al menos no para lo bueno.

    El portugués clavó la mirada en el suelo y se marchó trotando, despacio, hacia la posición donde estaban sus compañeros. Fue el último de los hombres de campo en felicitar a Bale con un choque de manos que no ocultaba un gesto ya conocido por la afición merengue. No es la primera vez que la alegría colectiva del Real Madrid no termina de satisfacer a Cristiano Ronaldo, siempre exigente y voraz en lo que se refiere a aumentar sus guarismos personales.

    Más si cabe después de que el "alma mater del club" (Zidane dixit), hubiera fallado varias claras ocasiones durante el encuentro. La más clara llegó en la primera parte, cuando Cristiano se sacó un salto marca de la casa para conectar con la cabeza un remate que se fue al palo. Era la tercera ocasión evidente que tenía en el partido. El crono marcaba el 38'.

    Después del gol de Bale siguieron llegando más gestos de malestar del portugués, y el siguiente siempre más intenso que el anterior. La falta de tiempo para marcar hizo que su ansiedad aumentara.

    Así se pudo ver a Cristiano recriminar a Bale por lanzar alta una ocasión en la que pudo haberle el esférico o mosquearse con Marcelo por no sacar de modo correcto una contra que, para más inri, terminó en córner para el Depor.

    Y así llegó el colmo del infortunio para CR7. En la última acción del partido, Jesé se marchó por velocidad desde la banda derecha. Aunque tenía opción de marcar, el canterano vio como Cristiano llegaba sólo desde el lado opuesto y le cedió el esférico para que marcara sólo, sin oposición.

    Sin embargo, la bola se le quedó algo atrás. Ronaldo no enganchó el primer remate. Lo corrigió con un amago de regate que la defensa no se comió. Llegó un segundo amago, esta vez de tacón, pero la bola salió rebotada de entre sus piernas.

    Desde atrás apareció un Benzema que robó literalmente el tiro a Cristiano para batir a Lux y hacer el 5-0. Karim se marchó a celebrarlo al córner mientras Cristiano, de rodillas tras el último regate falliod, se levantó con parsimonia y se acercó para felicitarlo, de nuevo al trote, y esta vez con una sonrisa irónica en su gesto. Parecía reírse de su mala suerte en una noche para euforia del madridismo. De todo el madridismo menos de su máximo referente, de Cristiano Ronaldo.