Fútbol

Casillas y sus paradas salvadoras antes de 'hacer la estatua' contra el Chelsea

    Casillas le saca un mano a mano a Pedro. <i>Imagen</i>: Reuters

    Javier Martín

    Iker Casillas se transformó anoche, con 152 intervenciones, en el futbolista que más veces ha jugado la Champions League por delante de Xavi Hernández (151 encuentros). Un récord que celebró con triunfo ante el Chelsea de Mourinho (así fue el saludo entre ambos que nadie vio) y que tuvo, por su parte, buenas y malas intervenciones. En el primer apartado destacan dos grandes paradas a remates de Cesc Fàbregas y Pedro. En el segundo, su 'estatua' al disparo de falta de Willams deslució el partido del ex capitán del Real Madrid.

    Él mismo reconoció tras el choque que la responsabilidad del gol fue absolutamente suya. "Seguramente podría haber hecho mucho más", dijo tras el partido crítico con una actuación que, más allá de este lunar, fue buena.

    Porque de no ser por dos buenas paradas en el arranque del partido, quizá el Oporto no se hubiera llevado un duelo que comenzó intenso, con un buen remate de Ibrahimi apenas superado el minuto y medio de juego. En el 5', apenas cuatro después, le tocó el turno al Chelsea.

    Cesc Fàbregas recogió un balón en la zona del interior zurdo, se internó hacia el área y algo escorado, a unos cinco metros de la frontal, cargó la pierna diestra para sacarse un latigazo que Iker despejó de puños. Mandó el balón a córner en lo que fue un aviso serio de los de Mourinho. El de Setúbal miraba escéptico la acción desde el banquillo.

    En el minuto 13 llegó su segunda gran parada. En un ataque 'blue', Pedro se plantó sólo delante del guardameta. El mano a mano, sin embargo, lo marró. Casillas aguantó bien en una de sus especialidades y envío la bola también lejos de su meta. Mourinho, esta vez, sí, blasfemó desde la zona técnica. El gol se le estaba resistiendo.

    Después, ya en la segunda parte, un zapatazo de Diego Costa al larguero y un mano a mano que Hazard mandó al lateral de la red constituyeron los acercamientos más peligrosos para la meta de los dragones más allá del gol de Williams, portería defendida por un arquero que ayer se marchó a casa con sensaciones agridulces.