Fútbol

Isco y su exigencia a Rafa Benítez

    Isco celebra uno de los tres goles de Cristiano. <i>Imagen</i>: EFE

    Javier Martín

    Rafa Benítez aprovechó una pregunta en sala de prensa para lanzar un mensaje a Isco en la previa del duelo ante el Shakhtar. "Me interesa esa contribución que hace de cara al esfuerzo y si podemos mejorar de cara a la portería, mejor para todos", comentó al respecto de qué le falta para se titular. Gol. Esa era la palabra que le exigía un Isco que ayer, sobre el terreno de juego, contestó a su técnico con otra forma de exigencia: movilidad.

    Movilidad propia y ajena. Movilidad para brillar en lo que mejor sabe hacer, que no es tanto marcar goles, como ayudar al resto de sus compañeros a ver puerta.

    En el apartado de su propia libertad, Isco fue, ante los ucranianos dos jugadores en un mismo encuentro. Uno, escorado y escondido en la banda derecha. Otro, con capacidad para moverse por todo el campo. Esta última versión fue mucho más activa y brillante y sólo se vio cuando Bale se marchó lesionado. Kovacic entró en su lugar y se colocó en la banda diestra.

    Isco cambió de lado y no sabemos si mandado por Benítez o por iniciativa propia, desde el costado zurdo empezó a hacer lo que más le gusta: ocupar el puesto de la mediapunta tirando diagonales que, por momentos, le permitían cubrir prácticamente todo el frente de ataque tal y como muestra el mapa de calor del malagueño.

    Esta nueva posición sacó al mejor Isco, en contacto constante con el esférico y siempre encarado al pase para sus compañeros. Marcelo y Carvajal fueron dos de los principales beneficiados de esta mutación, con aperturas frecuentes a banda a las que también contribuyó un Modric que aprovechó el espacio que dejaba a su espalda el de Málaga.

    El problema es que el resto de sus compañeros no aportaron mucho al brillo de Isco. En este debut Europeo el Real Madrid mostró cierta indolencia e inmovilidad. Mucho balón al pie y poco desmarque para reclamarla al hueco.

    Es ésta la segunda movilidad con la que Isco se siente más cómodo, ésa que le permite inventarse pases que nadie imagina dibujando autopistas hacia el ataque contrario.

    Pero no. Ni Benzema, ni Cristiano supieron trazar esos movimientos e Isco no completó el partido con el que demostrarle a Benítez que sí, que hacer goles está bien, pero que a él le gusta más otro tipo de brillo.

    Porque Isco no es James. El colombiano sabe asistir y marcar goles, pero juega más directo y eléctrico. Isco es más pausado, calmado, liviano. El problema es que el malagueño tendrá que soportar la comparativa constante con su compañero para obtener un puesto en la alineación y ante esa pugna, Benítez ya ha dictado sentencia: quiere goles. Justo lo que no aporta un Isco que ayer, con su fútbol ante el Shakhtar podría exigir a Benítez que le dote a él y al equipo de una capacidad de movimientos más amplia.