Fútbol
Casillas rompió el acuerdo inicial porque le echan y por el 'maltrato' reciente
Javier Martín
La relación entre Iker Casillas y el Real Madrid ha dado varios vuelcos en las últimas horas. Ayer el acuerdo entre club y arquero estaba cerrado. Hoy ha vuelto a la normalidad. El capitán se marcha al Oporto después de protagonizar un conato de 'guerra civil' que este jueves hizo que todo saltara por los aires. Un postura adoptada en su momento por diferencias económicas. Los blancos están dispuestos a completar lo que le abone su nuevo equipo hasta pagarle unos 16 millones brutos para que así, siguiendo la fiscalidad lusa, pueda cobrar 12 millones netos. Sin embargo, Casillas exigía más. Quería cobrar 24 millones brutos porque eso era lo que tenía pactado percibir en el Real Madrid en los dos años que le restaba de contrato. ¿Por que adoptó Iker esta postura pese a que, con lo que le ofrecía el Real Madrid, percibiría lo mismo en cantidades netas? El motivo es sencillo. Casillas entendía que lo que estaban haciendo haciendo con él es forzarle a dejar el club.
No se va por que él quiera, le están invitando a irse y, como tal, casi como si se tratase de un despido, pedía que se le abone todo el salario que le queda por cobrar. Es más, el arquero y su entorno argumentan que ya está perdonando dinero con su exigencia actual.
Perdona un millón de euros (su salario bruto si permaneciera en la capital sería de 25 millones y no los 24 que acepta percibir) y perdona un año completo de sueldo. Porque Casillas tenía derecho a renovar automáticamente por una tercera temporada más si en la 2016-2017 jugase 30 partidos o más durante un mínimo de 45 minutos.
Iker entiende que como esto es una opción indeterminada, no sería justo exigir dinero por esa futurible tercera temporada.
Además de estos argumentos, el portero también creía que es justo reclamar hasta el último céntimo de esos 24 millones de euros por cuestiones meramente personales.
En los últimos años, sobre todo desde que llegó José Mourinho, el club y algunos de sus directivos, lejos de protegerle, han permitido una deriva de ataques que han crecido hasta convertirse en un tsunami de odio hacia su persona por parte de un nutrido grupo de madridistas que no desaprovechan ocasión alguna para insultar y menospreciar al propio arquero.
De hecho, ante los acontecimientos, entiende el entorno de Casillas, el club ha reforzado el mensaje de que Iker es un 'pesetero' (algo parecido ha sucedido con Ramos), lo que el capitán entiende que es intolerable. Frente a esta postura y esta degradación constante de su imagen, el portero consideró que estaba en su derecho de exigir la cuantía de salario también como una suerte de compensación económica por lo sufrido estos años.