Fútbol

Cristiano Ronaldo y su enfado por la suplencia en el derbi ante el Atlético

    Cristiano Ronaldo, en el banquillo del Calderón | <i>Imagen</i>: EFE


    Cristiano Ronaldo fue suplente contra todo pronóstico en el derbi del pasado miércoles ante el Atlético de Madrid. El delantero estrella del Real Madrid apenas disputó 30 minutos. Su ausencia del once no le sentó demasiado bien. Así lo mostró antes, durante y después del choque.

    En la previa del encuentro, el jugador se encaró con algunos cámaras que le grababan junto a Coentrao en el banquillo del Vicente Calderón. Sucedió cuando el equipo merengue llegó al feudo colchonero.

    Cristiano, ya con el chandal del equipo, se sentó junto a su compatriota. Todavía no había confirmación de su ausencia, pero el hecho de que no se estuviera preparando para calentar delató la noticia. Por eso los cámaras centraron en él sus objetivos. Los que revelaron su malestar fueron los de La Sexta y Cuatro.

    "¡Hombre, va, hombre tranquilo! ¡Filmando, madre mía! ¡Qué raro! ¿Qué hacemos solos? ¿No tenéis nada que hacer vosotros?", espetó a quienes recogían su imagen en el banquillo. Cuando Carlos Carbajosa, jefe de prensa del equipo, pidió a los cámaras que dejasen de grabarles, Cristiano lo festejó. "¡Bien Carba! ¡Bien!", dijo por ver como, por fin, se quitaba a los cámaras de encima.

    Después, durante el encuentro, Canal + mostró a un CR7 serio, sin apenas gesticular y por momentos perdido. Cuando saltó al césped apenas pudo jugar y en las pocas ocasiones en las que conectó con la bola, terminó frustrado bien por las actuaciones de los defensas atléticos, bien porque Clos Gómez pitó en su contra con faltas que terminaron de desesperarle.

    Ya tras el partido, el luso no realizó declaraciones, pero sí aleccionó a James Rodríguez sobre qué tenía que decir en la 'flash interview'. Fue una de las escenas del encuentro. Cristiano se acercó al colombiano en plena entrevista, le apartó un metro de la escena y le dijo algo al oído ante lo que James asintió. Después se marchó con gesto serio al vestuario de donde salió sin pronunciar palabra en una noche que no le traerá buenos recuerdos en el futuro.