Fútbol
Bale no tuvo su tarde en Mestalla
El Real Madrid perdió este domingo en Mestalla y buena parte de las miradas críticas se centraron en Gareth Bale. El galés no tuvo su tarde. Desperdició la ocasión más clara del equipo blanco. Además, no se esforzó en las jugadas defensivas. Ancelotti decidió quitarlo del terreno de juego en el tramo final del partido. Desde entonces, los merengues mejoraron su rendimiento después de juntar líneas y achicar espacios. De hecho, merecieron por ocasiones el empate, aunque finalmente sus intentos quedaron ahogados ante la disciplina ché y el muro que representó durante todo el partido Diego Alves.
Una gran ocasión perdida
A Bale le gusta jugársela especialmente en ese tipo de acciones en las que se siente cómodo, es decir, en aquellas en las que encara la portería rival con campo por delante y el balón controlado por velocidad.
En ocasiones el sale a las mil maravillas. Que se lo pregunten al Barça en la final de la Copa del Rey del 2014, cuando su galopada por la banda izquierda acabó en el tanto que dio el triunfo final a su equipo. En aquella acción, Benzema esperaba sólo la pelota en el segundo palo, pero Bale disparó a puerta y coló su remate entre las piernas de Pinto. Marcó y dio al conjunto merengue su primer título de la temporada.
Otras veces, por el contrario, su atrevimiento no acaba como le gustaría y es ahí cuando surgen las críticas.
Ayer en Mestalla Bale pudo regalar el 1-2 a Benzema o a Cristiano. Ocurrió en el minuto 59', cuando Karim se aprovechó de una falta mal sacada por el rival para armar un rápido contragolpe. Le cedió la bola a Bale y éste se dirigió como una bala hacia Alves, atrayendo la atención de los defensas valencianistas. Justo cuando incurrió en el área de Alves, Benzema y Cristiano entraron libres de marca porque Otamendi se despreocupó de ambos para frenar al propio Bale.
En ese instante el galés pudo haber dado la pelota a sus compañeros. Cualquiera habría tenido altas opciones de marcar porque Otamendi aún se encontraba a medio camino de su objetivo y no habría interceptado el pase atrás del extremo madridista.
Sin embargo, Bale no levantó la cabeza y continuó con la cabalgada. Finalmente el zaguero argentino se tiró al césped y desarmó una clarísima ocasión para su enemigo. Benzema y Cristiano se desesperaron.
Poca eficacia defensiva
Bale tampoco estuvo acertado en sus tareas defensivas y eso facilitó que el rival tuviera una clara superioridad en el mediocampo con Barragán y Gayá por los costados y Parejo, André Gomes y Enzo Pérez por el centro. El Valencia movió la bola a su antojo, especialmente en la segunda mitad.
Mientras, Bale, en lugar de replegarse y apoyar a Carvajal (como sí hizo Cristiano Ronaldo con Marcelo en la banda izquierda), se descolgó en el ataque. Esta posición dañó el rendimiento de los blancos. Buena prueba fue el gol de Barragán.
Bale perdió el esférico en su zona de influencia y en lugar de seguir la jugada, se quedó en su posición. Sin jugadores que les frenaran, la banda izquierda del Valencia pudo montar el ataque con claridad.
Isco y Carvajal trataron de frenar el ataque, pero no lo lograron. El repliegue lento de Kroos y James dejó un importante hueco en el lado derecho que Barragán aprovechó para marcar el 1-1 previo rechace en Pepe.
Ancelotti pareció ver claro este desequilibrio cuando sacó a Bale y James del campo y dio entrada a Jesé y Khedira. Entonces el Real Madrid jugó con un 4-4-2 en el que Jesé fue más un interior que un extremo.
El equipo recuperó el pulso al partido más por pura colocación que por la brillantez de los hombres que entraron en el campo. Desde entonces (minuto 70) los blancos acosaron la portería de Alves, pero el brasileño estuvo tan acertado como sus centrales pare evitar un puñado de claras ocasiones.