Fútbol
Análisis | El embudo del Atlético de Madrid
En su primer partido de Champions, el Atlético de Madrid cayó derrotado ante el Olympiacos de Míchel ofreciendo una imagen poco habitual en defensa, y un problema que empieza a ser frecuente en lo que se refiere al ataque. Y es que el equipo del Cholo Simeone ha convertido su zona ofensiva en un embudo.
En el campo griego, se pudo observar el atasco rojiblanco. Con Koke y Raúl García, sumados a Gabi y Mario Suárez y a un Arda con libertad pero con tendencia a aparecer desde la segunda línea y detrás del punta, el Atlético fue incapaz de circular con peligro el balón en las inmediaciones del área del Olympiacos. Demasiados hombres en pocos metros y pocas ideas. Toda circulación por el centro acabó en pérdidas de balón o en disparos lejanos que no inquietaron a Roberto.
No es nuevo. Al Atlético le falta profundidad. Aún quedan muchos mecanismos por perfeccionar. Contra equipos como el Rayo Vallecano y el Éibar ya se notaron esos problemas, esa falta de alternativas en ataque. La victoria ante los vascos llegó gracias al balón parado.
La marcha de Filipe Luis ha sido muy importante ofensivamente, ya que permitía abrir el campo y acostar por el costado izquierdo. Ayer, Ansaldi tuvo la responsabilidad por esa banda, y si bien estuvo mejor en ataque que en defensa, casi todas las subidas finalizaban en un centro al corazón del área, una estrategia de la que abusaron los colchoneros y que, sin embargo, propició el 2-1 de Mandzukic.
Los cambios de la segunda parte indicaron un posible camino a seguir. Con Griezmann y Cerci (especialmente con el francés), el Atlético aumentó su verticalidad y ganó dos cualidades inéditas en la primera mitad: peligro real por bandas y movilidad entre líneas.
El ex de la Real Sociedad fue el mejor de su equipo y el socio perfecto de un Arda que no pudo hacer magia hasta que éste entró sustituyendo a Gabi. Y el 3-2 vino de una internada de Cerci con una posterior entrega a Koke. El balón fue de lado a lado para que Griezmann anotase en la mejor jugada de los rojiblancos en toda la noche.
Con Griezmann y Cerci por la banda y entre líneas, Mandzukic de referencia en ataque y Koke de mediocentro dejando libertad a Arda, el Atlético ofreció su mejor cara. La lesión del croata no cambiaría el panorama: Raúl Jiménez es su recambio natural.
Tras los cambios, se percibió una mejora del equipo y una mayor fluidez en ataque. No fue ni mucho menos la mejor versión atlética, pero sí un bosquejo de lo que pueden aportar los nuevos refuerzos. Una forma de descongestionar el centro del campo, de oxigenar una medular sobrehabitada. El Cholo habrá tomado nota.