Fútbol
El Atlético de Madrid se 'mourinhiza'
El Atlético de Madrid sufrió este martes su primera derrota en la Liga de Campeones. El 3-2 encajado ante el Olympiakos griego ha supuesto un puñetazo directo a la mandíbula de los ánimos colchoneros tras vencer en el derbi del sábado ante el Real Madrid. ¿Cómo ha podido cambiar tanto el Atlético en sólo 72 horas? Tres son los motivos fundamentales: el propio estilo atlético, el del equipo heleno y los fallos individuales de los rojiblancos. Una mezcla de factores que conduce a una conclusión. El Atlético de Madrid camina hacia una suerte de 'mourinhización' entendiendo como tal la adopción de algunas de las características que identificaban al Real Madrid de Mourinho.
El técnico portugués abandonó el Real Madrid dejando un cuadro definido por su fútbol al contragolpe. Este mecanismo era especialmente efectivo frente a las escuadras que desplegaban un alto ritmo de ataque (sobre todo contra su eterno rival, el FC Barcelona), pero inútil contra aquellas que se cerraban atrás y dejaban la iniciativa a los blancos.
Algo parecido le sucedió al Atlético anoche frente al Olympiakos. Los de Simeone venían de vencer en el Bernabéu después de practicar un despliegue intenso que provocó el hundimiento del Real Madrid. En los últimos años el conjunto colchonero le ha cogido el truco a los merengues al igual que el Real Madrid de Mourinho hizo con el Barça de Guardiola y Tito Vilanova. Sin embargo, de nada le valió este método para tumbar a los griegos.
El equipo de Míchel aplicó la "medicina de Simeone" (como el propio Míchel bautizó tras el partido) para vencer al subcampeón de Europa.
Encerrados atrás, los de Atenas dejaron la iniciativa de la construcción de juego a los madrileños mientras alguno de sus jugadores se empleaba a fondo y con formas duras a la hora de parar a los visitantes.
Con el balón en los pies y frente a una escuadra casi sin fisuras, el vigente campeón de Liga apenas pudo hacer nada. No había manera de encontrar huecos en la zaga rival. Eso llevó poco a poco a sus jugadores a arriesgar más en los pases y, por lo tanto, a tener pérdidas de balón peligrosas. Era ahí cuando el Olympiakos disfrutaba de sus mayores espacios para hacer daño. Una situación que se potenció cuando llegó el 1-0. Un fallo de concentración en la defensa de un córner (algo impensable en los de Simeone) facilitó la estrategia local y el tanto de Masuaku.
Desde entonces cierto es que el Atlético no le perdió nunca la cara al partido, pero no menos cierto es que tampoco tuvo el control del duelo. Fue el Olympiakos el encargado de hacer las mayores ocasiones de peligro hasta lograr un 3-1 que sólo Griezzmann maquilló ya en el tramo final del choque con el 3-2 definitivo.
Mal resultado que deja al Atlético tocado y con riesgo de perder sus opciones de entrar en octavos de final, aunque el mayor perjuicio podría llegar en forma de brecha abierta en su rígido sistema de juego.
Con el plan trazado por Míchel, más de un futuro enemigo de los del Calderón ya sabrá cómo hacer daño a Simeone y compañía. El técnico argentino deberá aprender a desarrollar un plan B si no quiere acabar como le sucedió a Mourinho en el Real Madrid, esto es, compitiendo a un elevadísimo nivel contra el eterno rival, pero teniendo problemas contra aquellos conjuntos que le dan de probar su propia medicina.