Fútbol

El sueño imposible del Barça Luis Enrique se llama Di María

    Di María, durante el amistoso frente a la Fiorentina del pasado sábado | EFE


    El FC Barcelona no da por cerrado el mercado de fichajes. Ya lo anunció Luis Enrique este domingo en sala de prensa. Los culés pretende, a día de hoy, fichar dos jugadores para dos puestos. El primero llegaría para ocupar el lateral derecho. Gusta Douglas, de Sao Paulo, tras el no de Cuadrado, de la Fiorentina. El segundo, vendría a llenar el hueco dejado por Deulofeu tras su cesión al Sevilla. Una opción, esta última, en la que encajaría a las mil maravillas un futbolista del Real Madrid. Ángel Di María es el sueño prohibido de Luis Enrique.

    Y es que 'El Fideo' ocupa las dos posiciones que, a día de hoy, más preocupan al asturiano. El argentino puede ejercer de extremo derecho (también izquierdo) o de interior, una posición esta última en la que Iniesta, Rakitic y Xavi son las únicas alternativas de peso en la plantilla blaugrana.

    Además, el de Rosario es íntimo amigo de Leo Messi (ambos nacieron en la misma ciudad) y se ha convertido en su mejor complemento en la Albiceleste. Sus actuaciones durante el Mundial fueron lo más destacado del campeonato para Argentina.

    Así pues, su llegada (imposible) al Camp Nou mataría, así, dos pájaros de un tiro. El problema es que, como ya hemos mencionado, su fichaje es una utopía. Por mucho que el argentino cumpla con el perfil ideal que se busca en el Camp Nou, lo cierto es que ni el Barça pretende hacer oferta alguna por él, ni el Real Madrid aceptaría propuesta alguna que llegase desde la Ciudad Condal. Asunto distinto es lo que haría el propio Di María, pero es harina de otro costal.

    Sea como fuere, lo cierto es que esta situación muestra, a día de hoy, las virtudes y defectos de uno y otro equipo a falta de menos de una semana para que arranque la Liga. Mientras que los madridistas tienen overbooking de cracks (Di María tiene el cartel de transferible desde hace semanas), los culés necesitan jugadores de más peso si cabe para asentar un proyecto de buenas intenciones pero, hasta la fecha, dudoso futuro.