Fútbol

El Real Madrid y un problema llamado Diego López

    Diego López entrena bajo la mirada de Vecchi | Imagen: EFE


    Lo que se preveía como un verano tranquilo para la portería del Real Madrid va camino de convertirse en uno de los periodos estivales más ajetreados para este puesto en los últimos tiempos. Los blancos tienen atada el fichaje de Keylor Navas. El portero del Levante se incorporará en agosto a la disciplina del club y forzará que uno de sus dos ocupantes se marche.

    Quien sabe si los dos. En todo caso, en Concha Espina tienen un nombre claro para la primera de las marchas. Se trata de Diego López. El gallego tiene las puertas del club abiertas de par en par.

    Nápoles, Mónaco o Arsenal ya llaman a su puerta, pero él lo tiene claro. No se piensa ir. Lo dice el entorno del jugador y lo confirma su representante. Manolo García Quilón es tajante al respecto. Forma parte del espíritu de lucha de su representado.

    Llegó supuestamente al Bernabéu para jugar apenas un par de meses (los que durase la lesión de Iker) y acabó instalándose en la titularidad, al menos en la del torneo que se juega domingo a domingo. De ahí su confianza en sus posibilidades.

    Además, se siente víctima de un problema que él no ha creado. Las tensiones emergidas en torno a su figura no tienen que ver con su rendimiento, sino con las cuitas gestadas entre Mourinho y Casillas y los fieles de uno y otro protagonista.

    Él, Diego López, sólo se ha dedicado a trabajar y a hacerlo para que el Real Madrid brille, algo que ha logrado con un magnifico rendimiento en este año y medio de retorno a Madrid. Sin embargo, en el club merengue lo ven de otra forma. Entienden que, de los dos porteros, Diego es el que hace un menor daño dejando su puesto a Navas.

    Casillas es un símbolo intocable para buena parte del madridismo y, además, capitán desde hace ya cinco años. Forzar su adiós podría desgastar mucho la imagen de sus directivos. El caso de Diego López es distinto. En todo caso, había que buscar una víctima para renovar un puesto envejecido según los máximos mandatarios merengues.

    Con 33 años (Iker) y 32 (Diego), en el club creen que es hora de empezar a meter sangre nueva. Y para conseguir ese cambio generacional, hay que buscar despedidas. Ahora está por ver si el plan creado por los blancos se cumple según sus premisas. Lo deseado por el club es que Diego López pudiera irse antes del día 20 (cuando viajan a EEUU) o ya en tierras americanas.

    Sea como sea, el deseo es que Navas y López no coincidan en pretemporada para que la tensión no se dispare más todavía entre los porteros ya presentes y el que vendrá. Una coincidencia para nada descartable si se tienen en cuenta los deseos de Diego López.