La verdadera historia de por qué Di Stéfano acabó en el Real Madrid y no en el Barça
El fallecimiento de Alfredo Di Stéfano ha desempolvado mil y una historias unidas a su figura y, por extensión, al nacimiento del fútbol moderno, ése que no se entiende sin la figura de 'La Saeta Rubia'.
La más polémica de todas ellas es la que señala a sus inicios en España. Di Stéfano se convirtió en jugador del Real Madrid el 23 de octubre de 1954 después de que el Barça tuviera atada su contratación. Desde la Ciudad Condal siempre se ha insistido que fue la dictadura franquista la encargada de propiciar este cambio de equipo. ¿Qué fue lo que sucedió en realidad?
El relato de los hechos en boca del propio Alfredo Di Stéfano jamás hizo hincapié en motivos políticos para explicar su marchad del Barça. En su biografía autorizada 'Gracias Vieja', escrita por Alfredo Relaño y Enrique Ortego, don Alfredo señaló siempre a un galimatías jurídico-deportivo como el responsable de su marcha al Real Madrid.
Todo comenzó la primavera de 1954, el año de su fichaje por el Real Madrid, cuando varios directivos del Barcelona le convencieron para que fichara por el club bluagrana. Su principal valedor fue José Samitier, mítico jugador y entrenador culé quien, en aquellas fechas, dirigía al Barça y, por ende, anhelaba hacerse con los servicios del futbolista.
La Saeta jugaba entonces en Millonarios (Colombia) como consecuencia de una fuga masiva de argentinos provocada por problemas laborales en su país de origen. Aunque a Di Stéfano le costó aceptar la oferta, finalmente pasó por el aro y se marchó a Barcelona en un vuelo en el que también viajó su señora y sus dos hijos.
Mientras se entrenaba y jugaba algunos amistosos con los culés, el Barça puso en marcha la maquinaria para cerrar su fichaje. La entidad dirigida entonces por Enrique Martí no negoció con Millonarios, sino que lo hizo con River Plate, el club del que había salido Di Stéfano antes de firmar por Millonarios.
Una resolución de la FIFA decía que en octubre de ese año los jugadores que habían emigrado a Colombia debían regresar a Argentina. Di Stéfano tenía regresar a Buenos Aires y por esa razón, los blaugrana entendieron que era más lógico cerrar un acuerdo con el futurible club de Di Stéfano que con aquel en el que todavía jugaba, el Millonarios.
Una vez cerrado el acuerdo con River, el Barça trató de cerrar un segundo pacto con los colombianos para que cedieran a sus estrella los meses que restaban hasta que volviera ser propiedad de los argentinos. Millonarios pidió una elevada cifra que el Barça se negó a pagar. La esperanza blaugrana radicaba en que el tiempo pasase para que, así, no fuera necesario pagar nada a Millonarios por su traspaso.
Fue entonces cuando emergió la figura del Real Madrid. Santiago Bernabéu y Raimundo Saporta, su directivo de mayor confianza, movieron ficha y se pusieron en contacto con Millonarios. Los blancos, al contrario que el equipo culé, sí que aceptaron pagar la cantidad exigida por el club colombiano. Después negociaron con River Plate, pero sus mandatarios les advirtieron de que habían vendido ya el 50% del jugador al Barça por una cifra cercana a los dos millones de pesetas.
La situación, obvio, se estancó. Millonarios se negaba a ceder el transfer al Barcelona y Ríver, por su parte, se negaba a aceptar la oferta del Real Madrid después de que acordar la venta del jugador al Barça. Un galimatías que tenía a Di Stéfano parado y sin hacer nada en lo que fue, para él, un eterno verano en Cataluña
"Yo siempre decía que a mí me daba lo mismo jugar en el Barcelona que en el Real Madrid. Me daba lo mismo. Lo que quería era jugar y arreglar mi situación mientras estaba aquí [en Barcelona]", comentó el propio futbolista
Tal fue la tensión de aquellos momentos, que incluso el Barça pensó en venderle a la Juventus y olvidarse del embrollo siempre y cuando no acabara en Madrid.
"Hasta el Barcelona, harto de la situación, había hecho gestiones para que me marchara a la Juventus. Pero en Italia me iba a encontrar con lo mismo. Estuve en Sitges, uno de los que estaban en medio de la situación era el presidente de la Fiat de Barcelona 'Usted prepare el pasaporte que se viene para Italia', me decía. Les pregunté que si lo sabía el Barcelona y me dijeron que sí", desveló Di Stéfano.
Llegados a esta situación, sin que la negociación avanzase, la FIFA nombró a Armando Muñoz Calero, ex presidente de la Federación Española de Fútbol, como mediador. Calero acató que Di Stéfano jugase sus dos primeros años en el Real Madrid (hasta 1956) y los dos siguientes en el Barça. Los culés, sin embargo, se cansaron y rechazaron la propuesta.
"Además de que no llegaran a un acuerdo con Millonarios, pienso que algún intermediario, uno que se llamaba Bogossián, hizo un informe negativo sobre mí. Tendría algún jugador para llevarse la pasta y le interesaba más que no fuera yo", reflexionó Di Stéfano al respecto.
Con Samitier fuera del Barça (le despidieron en aquel verano), Di Stéfano se quedó sin valedores en la Ciudad Condal y acabó recalando en el Real Madrid después de que el club blanco abonase al conjunto blaugrana 4.400.000 de pesetas, el doble de lo que el club culé había abonado al River Plate por su traspaso.