Fútbol
El Real Madrid se harta de la 'guerra civil' en la portería
El Real Madrid tiene un problema en la portería. Iker Casillas y Diego López llevan un año y medio de tensión contenida y de lucha por la titularidad. Lo que empezó como una decisión única de Jose Mourinho, fue adoptada también por Carlo Ancelotti, y ha deteriorado mucho el panorama del capitán madridista en el equipo.
La situación hace meses que dista de ser la ideal para los directivos blancos. En el Real Madrid no se pretende estar otra temporada más de esta forma. La idea es no perturbar el buen clima que hay en el vestuario y acabar con un duelo que ha agotado al club.
Para conseguir esto, es necesaria una salida. O incluso dos. Varias informaciones apuntan a que el Real Madrid podría prescindir de ambos porteros y fichar a dos sustitutos: Keylor Navas y Kiko Casilla. Sin embargo, el club tiene la intención de quedarse con Iker Casillas, a pesar de que el cancerbero aún no ha despejado las dudas del todo sobre su futuro.
Diego López, por el contrario, sí podría abandonar el club poniendo fin a la guerra civil en la portería del Real Madrid. En un primer momento, había comunicado que quería seguir, pero no se vería con malos ojos su salida si ésta llega con tiempo para encontrar un sustituto. Todo lo contrario, con ello se quitaría un problema.
El cancerbero gallego tiene un principal comprador. El Nápoles lleva varios meses detrás de él, y ahora tendría la oportunidad perfecta. Diego comparte agente con Rafa Benítez, lo que podría ayudar en la operación.
Por su parte, el sustituto con más opciones sería Kiko Casilla. Keylor Navas tiene ya a varios equipos detrás de él (Atlético, Oporto e incluso un posible interés del Bayern) y las negociaciones serían más complicadas. Su vuelta al club donde comenzó es una posibilidad real.
De hecho, en el Espanyol ya se preparan para su posible venta. Su renovación está parada, y esta misma mañana el presidente blanquiazul, Joan Collet, no ha cerrado la puerta al cierre del traspaso, aunque con resignación: "La situación es triste, pero no malvenderemos".
Las piezas podrían moverse en breve, y acabar así con la guerra civil que existe bajo los palos de la portería del Santiago Bernabéu.