Fútbol
Las críticas de Xabi Alonso dividen al vestuario del Real Madrid
El Real Madrid se encuentra en una situación extraña. Apenas 10 días después de dar un recital histórico en Múnich, los de Carlo Ancelotti han visto como la Liga se les escapaba de las manos con dos tropiezo ante Valencia y Valladolid. El cambio ha sido fulgurante. De la euforia al pesimismo sin apenas tiempo para la reflexión.
Una deceleración en el objetivo de lograr el triplete que no ha sentado muy bien en el seno de la casa blanca y que ha provocado dos tipos contrapuestos de reacciones.
Por un lado, la serena y calmada de un Carlo Ancelotti que, tras el empate en Pucela, insistió en hablar de "falta de energía mental" y no de falta de actitud. Sus palabras, por el contrario, contrastan con las de Xabi Alonso.
El mediocentro del Real Madrid ejerció de portavoz blanco (fue el único jugador que se paró en la zona mixta) para dar una imagen totalmente diferente a la de su entrenador. Lejos de mostrarse comprensivo o tratar de poner paños calientes sobre el panorama merengue, decidió ser duro y directo.
Su mensaje, sencillo: el problema en Valladolid fueron ellos, los jugadores y su falta de profesionaldad y tensión competitiva. "Estoy molesto con el equipo", dijo en voz alta en una reflexión que no ha sentado del todo bien entre algunos de sus compañeros.
El vestuario merengue se encuentra dividido ante este 'rapapolvo' de la única baja confirmada para la final de la Champions de Lisboa. Y es ahí, en Lisboa, donde Xabi y alguno de sus compañeros creen que radica el problema del Real Madrid.
Este sector de la plantilla entiende que buena parte de los jugadores blancos se desconectó del campeonato de la regularidad en el mismo momento en el que Pedro Proença pitó el final del partido disputado en el Allianz Arena de Múnich.
A partir de ahí, según esta corriente de opinión, muchos empezaron a especular con las opciones que tendrían de estar en la gran cita frente al Atlético. El miedo a las lesiones, obvio, era el gran enemigo para estar en el once contra el Atlético de Madrid.
Y eso se tradujo en una bajada de tensión primero frente al Valencia y luego contra el Valladolid. La excusa del cansancio, entienden, es sólo eso, una excusa. Porque frente al cuadro blanquivioleta no estuvieron los mismos que contra el Valencia.
Ancelotti introdujo hasta siete cambios con respecto a aquel equipo. Casillas, Nacho, Pepe, Coentrao, Modric, Di María o Morata (éste último forzado por la lesión de Cristiano) jugaron con respecto a aquel duelo. Y pese a ello, el equipo se desconectó en la segunda mitad.
Por momentos ninguno metía la pierna. Ninguno esprintaba como debía. Había pánico a caer como lo había hecho el luso al inicio del partido. Sólo Pepe, Xabi Alonso y Sergio Ramos dejaron sensación de querer apurar al máximo sus opciones físicas y mentales.
Este último fue cazado por las cámaras de varias televisiones abroncando a varios de sus compañeros por su falta de intensidad. Uno de ellos fue un Coentrao al que Ramos le preguntó incluso si estaba lesionado o tenía problemas físicos ante su evidente falta de intensidad.
Gestos como estos no pasaron desapercibidos para un Xabi Alonso que decidió tomar la vía del mensaje a lo 'Mourinho', es decir, sin cortapisas, para mandar un mensaje a sus compañeros y al propio Ancelotti ante los próximos partidos, aunque su exigencia de esfuerzo y sacrificio no sentara del todo bien entre aquellos que ya se han dado por aludidos en el vestidor de Valdebebas.