Fútbol

Cuando seguir a Guardiola es la única vía posible para salvar al Barça

    Martino antes de antender a la prensa este martes en Barcelona | EFE


    Cuando todo va al contrario de lo previsto, emergen los recuerdos de tiempos mejores. Nostalgia que en el caso del Barça se está convirtiendo en una maldición para Gerardo, el 'Tata', Martino y todos los miembros de su cuerpo técnico. La sombra de Pep Guardiola es alargada y en su caso, demasiado difícil de superar.

    Los últimos tropiezos del Barça y, sobre todo, la mala imagen del equipo culé ha despertado mil y una referencias al trabajo que realizó el de Santpedor en comparación con el actual de Martino.

    Desde el eterno debate de la posesión, pasando por las formas indolentes del argentino ante el grupo o la carencia de humildad a la hora de afrontar a los rivales. Todo cuenta y en todas esas comparaciones, como ya vaticinó hace año y medio Tito Vilanova cuando accedió al banquillo blaugrana, Guardiola es el único y claro vencedor.

    Quizá por eso o quizá porque no ve otra manera posible de salir de la crisis, Martino ha decido que lo mejor es unirse al 'enemigo' (es decir, a Guardiola) que le viene torturando en las últimas semanas y abrazar, otra vez, la metodología del entrenador catalán ahora en el Bayern de Múnich.

    Porque hoy Martino volverá a poner a los 'bajitos' en el once culé, esto es, volverá a alinear a cuatro centrocampistas natos (Busquets, Cesc, Iniesta y Xavi) amén de Leo Messi y Pedro o Neymar.

    Este dibujo ya ha demostrado su eficacia en el juego blaugrana en jornadas anteriores. Así, por ejemplo, la última exhibición del equipo fue bajo este dibujo y ante el City en Inglaterra. Después llegó el invento de Martino (Song de pivote y Busquets de interior) y el naufragio le explotó en la cara, como él mismo ha reconocido, tras perder en San Sebastián.

    De hecho, buena parte de los problemas que se ha encontrado Martino en el seno de la plantilla han llegado por tratar de imponer una metodología distinta y un dibujo diferente, que apostaba más por el juego al contragolpe y por hombres rápidos en lugar de los ya mencionados 'bajitos'.