Fútbol
El progresivo empobrecimiento de la plantilla del Barça
El FC Barcelona ya está en pleno proceso 'renove'. Los blaugrana llevan meses buscando refuerzos con los que apuntalar una plantilla que empieza a empobrecerse a pasos agigantados. Una pérdida de calidad vinculada a dos procesos fundamentales: el envejecimiento de sus figuras y la salida de algunas de sus piezas clave.
En este último apartado hay que enmarcar la salida anunciada ayer de Carles Puyol. Aunque en el club ya se daba por sentada su ausencia, lo cierto es que será la segunda gran baja proyectada para el 30 de junio de este año toda vez que Víctor Valdés dejará el equipo cuando acabe su contrato en esa fecha.
Dos marchas que se unen al goteo incesante de jugadores que en los últimos tiempos han ido diciendo adiós al FC Barcelona y que han convertido la plantilla blaugrana en un equipo algo más pobre que en tiempos anteriores. El primero en marcharse en plena época dorada del club fue Yayá Touré.
El jugador de Costa de Marfil prefirió los petrodólares del Manchester City y, tras algunas diferencias con Guardiola, acabó convirtiéndose en una de las piezas clave del equipo de los 'sky blue'.
Aunque el Barça no pudo hacer mucho para retenerlo, lo cierto es que aquella ausencia empezó a minar el potente centro del campo del Barça en la era de más brillo y esplendor.
Posteriormente surgieron nuevas marchas como la de Seydou Keita o la de Thiago Alcántara. Todos ellos fueron minando la parte más importante del juego blaugrana: su sala de máquinas.
El problema es que los recambios que han llegado para suplir estas bajas no han sido de la calidad esperada. Song, por ejemplo, ha demostrado en más de una ocasión que no está a la altura de la exigencia culé. Su última actuación en Anoeta es buena prueba de ello.
Sergi Roberto, el último medio que ha subido desde la Masía, apenas ha disputado un puñado de minutos en el pasado mes de febrero y aún necesitará tiempo para dar muestras de la calidad que promete. Sólo Cesc parece haber sido una incorporación acertada para cubrir los problemas y las bajas culés en estas posiciones.
Una defensa mermada
Pero no sólo la medular ha quedado 'tocada' por estas marchas. La defensa ha sido otra línea muy afectada.
Aunque el Barça ha cerrado en esta zona refuerzos más que destacados, como Mascherano o Jordi Alba, otras marchas han dejado limitada la capacidad competitiva del club, como la de Abidal el año pasado o la que llegará este año de Puyol, ambos en un puesto (el de central) más que limitado en el conjunto culé.
El próximo verano Zubizarreta ha prometido que traerá a, al menos, un hombre para este puesto. La duda es saber si estará a la altura de los que se marcharon.
En la delantera las despedidas han sido pocas y apenas se han dejado notar. Bojan fue uno de los primeros. Le siguieron Ibrahimovic o Villa. Estos dos últimos podrían haber dejado más tocado al Barça, pero lo cierto es que fichajes como Neymar o Alexis, amén de canteranos como Tello o Pedro Rodríguez, han sabido mantener el nivel e incluso mejorarlo.
Mientras, en la portería el adiós de Valdés pondrá guinda este verano a este empobrecimiento de la plantilla. La sombra del arquero es alargada y el fichaje de Ter Stegen no termina de despertar confianza, más si cabe tras su fallo del pasado fin de semana.
El otro sustituto, Pinto, acumula ya 38 años y aún no se sabe si renovará. De ello depende la llegada de Reina.
Ese aspecto, el de la edad, también amenaza con bajar el rendimiento culé. Hombres como Xavi (32 años), Alves (30), Mascherano (31) o Iniesta (hará 30 en breve) empiezan a notar el cansancio en sus piernas y no encuentran en el banquillo recambios de garantías que aseguren un relevo de calidad en el equipo culé.