Los tres posibles destinos de Xabi Alonso cuando abandone el Real Madrid
A Xabi Alonso le quedan apenas cuatro días para ser libre. Libre de negociar con el club que quiera. Libre para, si así lo desea, firmar con otro equipo distinto al Real Madrid. Su contrato expira el 30 de junio de 2014 y eso significa que desde el 1 de enero puede hacer lo que quiera con su futuro sin pedir permiso al club.
Los blancos sólo recibirían información al respecto de qué entidad se pone en contacto con el tolosarra. Lo obliga la FIFA. Pero nada más. Todo queda, por lo tanto, en manos del futbolista.
Una situación que, con todo, no invita al optimismo. En el Real Madrid hay corrientes de opinión de todo tipo. Desde los que creen que aún hay margen para convencer al jugador, hasta los que entienden que no hay marcha atrás, que Xabi se marchará y dejará al club con un vacío importante.
Vacío contra el que, por cierto, ya trabaja la secretaría técnica. Un candidato lo colma todo: Gündogan es el escogido para suplir su hueco si es que, como todo apunta, Alonso se marcha a final de temporada.
La duda de toda este culebrón es saber a dónde se irá el 14 merengue. Por su cabeza hoy por hoy pasan tres opciones. Y en ninguna de las tres lo realmente importante es el dinero. No es que Xabi se vaya a marchar gratis, pero no buscará nuevos aires para poder enganchar su último gran contrato. No.
Al mediocentro le interesan otros aspectos menos frecuentes en un futbolista, como las alternativas culturales del país al que va, las opciones de formación para sus hijos o la cercanía con su familia.
Así es él: un jugador atípico al que sólo le preocupan las lesiones. El año pasado lo pasó tan mal por sus problemas de pubis, que no quiere sufrir más. De ahí que también baraje opciones menos competitivas a las del Real Madrid.
Opción primera: la Real Sociedad
Es una de las alternativas que más gusta en el seno de la familia Alonso. En primer lugar, porque supondría un retorno a sus orígenes. El jugador y los suyos estarían cerca de los más cercanos parientes y lo harían, además, en un buen entorno competitivo para el jugador.
Entiende Xabi que, aunque la Real no es un club 'top', sí que es una entidad capaz de darle unas cuantas temporadas más de fútbol a alto nivel. Sus raíces con San Sebastián siempre han estado presente en el discurso del jugador y la nostalgia de cerrar su carrera en Anoeta es fuerte.
La Real, por su parte, está en disposición de ofrecerle un equipo competitivo (aún hay esperanzas de poder asaltar la Champions otra vez más) y un buen contrato capaz de mantenerle sus actuales emolumentos.
La salida de Illarramendi el curso pasado y la más que probable marcha de Íñigo Martínez a (paradójicamente) el Real Madrid daría a los txuri-urdin suficiente 'cash' como para afrontar los casi cinco millones de euros netos que cobra el internacional.
Opción dos: la Premier League
Xabi Alonso nunca ha ocultado su profunda pasión por una Liga, la Premier, que le dejó una huella muy honda. Tanto es así que en Liverpool, donde creció hasta ser la estrella que es hoy, todavía se pueden ver camisetas con su nombre a la espalda.
A él le gusta sentirse querido y la pureza de la competición británica le atrae igualmente. Allí, además, podría dar a los suyos una educación británica de calidad, como realmente le gusta.
El problema para Xabi es que las ofertas que le llegan desde Inglaterra son de clubes que no le rebajarían el ritmo de partidos que actualmente juega. Aunque tiene previsto dejar la Selección después del Mundial.
La posibilidad de jugar en clubes como Chelsea, Liverpool, City o United (por citar algunas de sus novias) le haría mantener un ritmo demasiado elevado. Más allá de los grandes, otros clubes también le abrirían las puertas, pero no queda claro que fueran capaces de pagar su sueldo.
Opción tres: una liga exótica
Es quizá la alternativa que, desde el punto de vista deportivo, menos le interesa. Países como Qatar o Estados Unidos no le ofrecen la capacidad de jugar una gran competición como a él le gustaría. Sin embargo, ofrecen la posibilidad de nuevos horizontes que una competición al uso no le da.
En las ligas de países nutridos de petrodólares, el futbolista puede ensanchar sus horizontes de negocios como ha sucedido con ex compañeros como Raúl, Michel Salgado o Morientes. En el caso de Estados Unidos, por su parte, el jugador podría zambullirse en la cultura americana y dotar a sus hijos de una educación que también agrada al futbolista blanco.