Fútbol

Benzema, el nuevo Zidane del Real Madrid

    Benzema ha mejorado su nivel en los últimos partidos | EFE


    Karim Benzema está enrachado. Suma ya tres partidos consecutivos marcando goles en Liga y en todos y cada uno de sus tantos se repite la misma celebración. Su dedo señala al banquillo y allí, sentado al lado de Ancelotti encuentra a Zinedine Zidane.

    El ex jugador blanco recibe los festejos del ariete con sonrisa y gestos de rabia. Grita y alza su voz como si él mismo fuera el autor de cada tanto. Zizou se ha convertido en el padre deportivo de la resurrección de Benzema.

    Le ha acogido en su regazo y sobre su diván (el mismo por el que pasó Cristiano Ronaldo en enero de 2012, cuando el Bernabéu le pitaba) le ha dado las claves deportivas y psicológicas para recuperar el tono y, sobre todo, jugar sin presiones ni ataduras. Con la libertad de parecerse a sí mismo y, sobre todo, de parecerse al propio Zidane.

    Y es que Benzema ya no juega como Benzema. Lo hace como lo hacía Zidane. De hecho, si en lugar de ponerle el 9 a la espalda, le colocasen el 10 o el 5 (el dorsal de Zizou en el Real Madrid) quizá le quedase bastante mejor que su actual número.

    Benzema juega de todo menos de delantero centro. No le gusta quedarse entre los centrales, ni tirar desmarques a su espalda. Sus movimientos no son circulares o diagonales para buscar las cosquillas a los marcadores. Tampoco trata de ocupar el primer o segundo palo cada vez que un centro vuela al área. Eso es cosa de Cristiano Ronaldo. Él, CR7, tiene más de ariete a la vieja usanza que el francés. A Benzema le va otro rollo.

    En los últimos partidos, con Bale en el once, hemos comprobado como el ex del Olympique de Marsella se comporta como un mediapunta. Reparte asistencias y marca goles con esencia de mediocampista, apareciendo desde segunda línea o tirándose a los costados para que los que juegan con él en punta aprovechen esta movilidad.

    Así, frente a la Real Sociedad, le dio el 1-0 a Cristiano Ronaldo o remató el 2-0 a pase, precisamente, de CR7. Contra la Juventus, por ejemplo, le dio al luso el tanto del empate y su desmarque de ruptura dejó sólo a Bale para que hiciese el 1-2.

    Un abanico de recursos que recuerda muchos a los del mejor Zidane, ése que nunca se mantenía fijo en una posición, sino que volvía locos a los rivales moviéndose desde todas partes. Con los blancos partía siempre desde la izquierda, pero rápidamente volvía al centro o viceversa. Con Francia ocupaba toda la franja ancha y, en ocasiones, ejercía de falso nueve.

    Con Henry en punta, los espacios para ser el ariete de 'les bleus' solían repetirse un puñado de veces por partido. Y él, Zidane, también marcaba goles. Y los hacía como Karim, llegando desde segunda línea y sorprendiendo en posiciones inesperadas.

    No. No es que Zidane y Benzema compartan el mismo fútbol desde el punto de vista estilístico, pero los consejos del ahora segundo entrenador blanco parecen haber servido para que Benzema evolucione más hacia un mediocampista ofensivo que hacia un delantero centro que, como sucedía en la era Mourinho, sólo sabía jugar al espacio y en carrera. Eso ya es pasado.

    Ha aprendido a combinar y tener la pelota para ser un 'play-maker', que dirían en la NBA. Un jugador que recuerda mucho a otro francés al que tanto aplaudió el Bernabéu. Benzema es el nuevo Zidane del Real Madrid.