Fútbol
Las lecciones de Messi a Neymar para evitar que lo cosan a patadas cada partido
En el Barça crece la preocupación por el caso Neymar. Al brasileño le cosen a patadas partido sí, partido también, ante la mirada de colegiados que, en ocasiones, entienden que el jugador exagera. Que los golpes no son, en realidad, tan duros o violentos como el jugador aparenta.
Tal es el temor a que algún día le suceda algo grave, que sus compañeros, su entrenador y hasta su director deportivo han clamado en los últimos días por un trato más justo hacia su futbolista por parte de los trencillas.
Una situación ante la que el futbolista aparece impotente. Parece que no tuviera mucho que hacer para evitar semejante agravio comparativo, pero en realidad, sí que lo tiene. Forma parte de las lecciones que le puede dar Messi sobre como ser el mejor regateador del planeta y no acabar molido a zancadillas como sucede con Neymar.
Cómo encarar
Y es que Messi tiene un método para evitar este castigo. Forma parte de su estilo de juego y de un mecanismo desarrollado durante las últimas temporadas para evitar el contacto con los rivales. Leo se autoprotege a sí mismo y lo hace, en primer lugar, con la pelota.
AL contrario que Neymar, 'La Pulga' suele colocar la pelota entre sus pies sin mostrárselo del todo a sus rivales. Es decir, que cuando tiene a los rivales cerca coloca el cuerpo para evitar que haya una vía libre para que las piernas contrarias se lancen a por el esférico. El brasileño, por el contrario, suele ser más provocativo. Sus regates parten en muchas ocasiones en estático.
Él muestra la pelota al rival, le amaga y se va, pero el esférico siempre está por delante de su cuerpo, lo que facilita que el rival pueda cazarle con más facilidad al tratar de interceptar la bola.
La velocidad como aliado
Otra de las características que permite a Messi mantenerse alejado de sus rivales es su velocidad. Porque a Messi, que nadie se engañe, todos los rivales le quieren frenar. Bien por lo civil o por lo criminal, que diría Luis Aragonés.
Sin embargo, los zagueros contrarios no lo consiguen. No llegan a darle aunque lo intenten. Leo es tan bueno y, sobre todo, tan rápido, que cuando la bota rival lo busca, en lugar de encontrar la pierna, encuentran un espacio en vacío.
Su forma de encarar es particular. Messi casi nunca busca a sus contrarios de frente, como hace Neymar, sino que lo hace tirando diagonales bien hacia adentro (cuando parte desde la derecha), bien hacia afuera (cuando se encuentra la pelota en la zona de la mediapunta).
'Ney', por el contrario, se enroca en trayectorias verticales que le dan a sus marcadores más facilidades para poder cazarle. Además, su forma de trasladar la pelota es diferente, más pegada y cosida al pie que un Leo que suele valerse de toques ligeros y eléctricos para moverse, lo que también lo convierte en un blanco más complicado.
La clave del físico
Leo Messi recibe el calificativo de 'La pulga' porque su tamaño, como es obvio, es pequeñito. Sin embargo, en sus orígenes, el calificativo le acompañaba también en su potencia muscular. Apenas había trabajado su tren inferior y superior, lo que lo hacía un jugador endeble. Algo parecido a lo que hoy sucede con Neymar. Sin embargo, la llegada de Guardiola empezó a cambiar su fisonomía.
No es que ahora Messi sea un portento físico, pero sí que es un jugador mucho más dotado especialmente en sus piernas. Al ser más potente, puede resistir mejor los golpes. Cuando el rival consigue darle captura, Messi se escabulle, en parte, gracias a esta energía extra que le da su mejor condición física.
Además, al tratarse de un jugador más bajo que Neymar, tiene un punto de gravedad más bajo, lo que hace más estables sus eslalon. En el Barça saben que Neymar tiene que mejorar desde el punto de vista muscular (se operó de las amígdalas para ganar peso, pero perdió siete kilos) y que de esa mejora en el volumen depende que sea menos sensible a los golpes rivales.