Fútbol
Villa y la lista de desencuentros con el Barça hasta provocar su adiós
Villa ya es historia del FC Barcelona. El delantero asturiano se convirtió este lunes en uno de los fichajes estrellas del verano al cerrar su acuerdo con el Atlético de Madrid. Un traspaso en forma de cesión encubierta que pone fin a un rosario de desencuentros del ariete en la Ciudad Condal. Los últimos meses del jugador en su antiguo club fueron de todo, menos fáciles.
De ahí que, tal y como contó EcoDiario.es en el mes de octubre, el asturiano tomara ya entonces la decisión de marcharse del club culé. Villa estaba harto. Harto por múltiples motivos.
El primero de todos es que el club le había retirado la confianza. Deportiva y extradeportiva. No contaba y era más que notorio que había dejado de ser un delantero referencia para convertirse en un segundo plato en el césped y fuera de él. Para colmo los directivos nunca creyeron que estuviera a tope desde el punto de vista físico. Lo vieron como una suerte de caso Abidal. No las tenían todas consigo de que volviera a estar a tope.
Mientras, sobre el campo, Tito Vilanova apenas le ponía. Al poco de recuperarse de su lesión (se rompió la tibia en diciembre de 2011) al jugador le parecía normal que no formase parte del equipo titular o que entrase a cuentagotas en un grupo que arrancó la Liga de forma espectacular. Sin embargo, según fue pasando el tiempo, Villa comenzó a sentirse mejor. Mejoría que no se notó en su presencia en el equipo.
Él decía que estaba recuperado y listo para ser el de antes, pero el cuerpo técnico insistía en que no tenía la forma adecuada y que lo mejor era esperar. El 7 de España no entendía nada. No sabía porqué no jugaba.
La sentencia con Messi
Al mismo tiempo llegaron los primeros desencuentros de índole extradeportiva. Durante un Barça - Granada, las cámaras de televisión captaron como Leo Messi lo abroncaba por no haberle pasado una pelota. Desde ese día nada fue lo mismo.
Aunque Villa y 'La Pulga' hablaban sólo de un roce fruto de la tensión que se vive en cualquier equipo de fútbol, la realidad era que los dos se alejaron desde el punto de vista personal. Fuera del campo eran otros, aunque dentro siguiesen dejándose la piel por el equipo.
Desde que Villa llegó en junio de 2010, él y Leo habían mantenido un buen rollo que el desencuentro de aquella noche dinamitó. Villa se sentía excluido y señalado por buena parte de la prensa y de la afición. Estaba claro que Messi parecía haber dictado sentencia sobre su futuro.
El doble juego de Tito
Pese a todo ello, Villa decidió quedarse en el Camp Nou aunque, durante el mercado invernal, el Arsenal llegó a ponerle sobre la mesa un buen contrato de tres temporadas con un precio de traspaso de casi 16 millones de euros. Las condiciones eran las idóneas para el club y aunque el jugador tenía reticencias (acababa de nacer su tercer hijo), no le hubiera importado decirle "sí quiero" a Arsene Wenger.
¿Qué paró su marcha? Tito Vilanova. El entrenador habló desde la distancia de su tratamiento en Nueva York con el delantero y lo convenció para que siguiera. "Tendrás minutos", le dijo. Y Tito cumplió. O mejor dicho, cumplió a medias.
Porque Villa jugó, sí, pero no lo hizo en aquellos duelos en los que un futbolista se siente importante. Frente al Bayern de Múnich, en las semifinales de la Champions League apenas tuvo minutos. Algo parecido sucedió en la Copa del Rey, también en semifinales, contra el Real Madrid.
Y eso que contra el Milan, en la histórica remontada (4-0) tras haber perdido en San Siro (2-0) Villa fue uno de los hombre clave. Jugó de nueve puro, liberó a Messi de sus tareas de falso delantero y provocó que el torrente de ataque culé fuera un ciclón imparable.
Por aquel entonces Jordi Roura era el encargado de manejar la pizarra blaugrana. Eran buenos tiempos para Villa. Hasta que Tito regresó.
Con Vilanova de nuevo al frente del equipo culé, Alexis volvió a recuperar galones y Villa desapareció de nuevo, algo que desesperó al asturiano. Afortunadamente para sus intereses, Del Bosque le volvió a conceder la oportunidad de jugar la Confederaciones, aunque, en realidad, apenas ha contado. Se trataba de un aviso para navegantes. Villa no estaba en la lista de favoritos para el seleccionador, algo que le terminó de convencer para buscar un nuevo espacio lejos del Camp Nou si es que quería estar en el Mundial.
Y el lugar escogido ha sido el Atlético de Madrid, un club en el que será titular y en el que se sentirá importante jugando la Liga de Campeones. Nada que ver lo vivido en Barcelona en los últimos tiempos.