La ruina económica vuelve a rondar a Joan Laporta y a siete de sus exdirectivos
Joan Laporta, expresidente del FC Barcelona, podría estar a punto de repetir una situación nada agradable para él y los suyos. La sentencia del Tribunal Supremo que le obliga a avalar a él y a otros siete directivos 23 millones de euros lo coloca al borde de la ruina económica.
Un abismo que podría crecer en caso de que prosperase otro proceso interpuesto por parte de la actual directiva blaugrana por la que le reclama, a él y a esos siete directivos, otros 47,6 millones de euros.
De confirmarse esta segunda vía, Laporta y cada uno de sus colaboradores debería avalar cerca de 9 millones de euros, algo prácticamente inasumible para el expresidente. El embargo de sus bienes estaría garantizado.
El inicio del proceso
Vayamos por partes. En primer lugar, hay que explicar por qué Laporta y siete directivos de su primera etapa en el Barça deberán avalar con casi total seguridad esta primera cifra de 23 milllones de euros.
Todo comenzó cuando Laporta se hizo con las riendas del club ocho días antes de que terminase la temporada 2002-2003. Con este adelanto, el presidente asumía las cuentas de la anterior directiva, la de Joan Gaspart, y lo hacía bajo su responsabilidad absoluta.
Así se dirimió cunado un socio culé, Vicenç Pla, demandó a la cúpula blaugrana exigiendo que aquellos ochos días computaran como una temporada. La Justicia le dio la razón y obligó al Barça a convocar elecciones antes de tiempo, es decir, en 2006 en lugar de 2007 como correspondería a un periodo natural de cuatro años.
Aquella primera sentencia hizo responsables a Laporta y a siete de sus directivos de las deudas que habían dejado Gaspart. Se libraron el actual presidente, Sandro Rosell, Ferran Soriano y otros tantos dirigentes que iniciaron mandato con Laporta por que ellos no se presentaron a la reelección.
Así pues, los siete señalados fueron Alfons Godall, Joan Boina, Rafael Yuste, Albert Perrín, Jaume Ferrer, Josep Cubells y Alfons Castro. Todos ellos siguieron junto a Laporta.
Esta decisión judicial a punto estuvo de obligar al expresidente del Barça a desembolsar casi 2,5 millones en 2011 ante la amenaza de un embargo que no llegó. El recurso presentado por Laporta contra esta decisión prosperó en un primer paso y la LFP decidió dar carpetazo al asunto alegando que el agujero en las cuentas culés al final de aquel año se compensaba con el superávit de los anteriores.
Fue entonces cuando Pla recurrió al Tribunal Supremo. Éste le ha dado la razón y, por lo tanto, considera a Laporta responsable civil de aquel ejercicio, aunque sólo fuera por ocho días y aunque él, en realidad, no hubiera tenido ninguna capacidad de acción en lo que se refiere a aquellos números. Una responsabilidad que comparte de forma solidaria con el resto de los implicados en el proceso.
Aunque Laporta y los otros siete mandatarios han recurrido, todo apunta a que será complicado echar abajo la decisión del Supremo. La antigua junta directiva se encuentra, por lo tanto, entre la espada y la pared.
Todo en manos de un solo socio
Todo queda ahora en manos de Pla. Si el socio del Barça decide seguir adelante con la demanda presentada en su día, a Laporta le quedan pocas opciones de triunfar y, de paso, se le abre otro problema.
En 2010, cuando Rosell accedió al cargo de presidente del Barça, presentó ante la Asamblea de Socios una propuesta para presentar una Acción de Responsabilidad Solidaria contra Laporta por las cuentas durante su segundo mandato. Rosell denunció un agujero de 47,6 millones de euros.
Aquella iniciativa salió adelante, pero quedó paralizada en la Justicia por la demanda interpuesta por Pla. Una vez se ha resuelto este caso, y si Pla decide seguir adelante, también lo hará esta Acción de Responsabilidad Solidaria cuyo recorrido podría ser similar al del caso ya fallado.
Dudas en su gestión
A este proceso hay que unir las acusaciones lanzadas contra Laporta y los suyos por irregular gestión del club cuando, en 2010, varias informaciones periodísticos destaparon derroches del presidente a cargo del club. Entre ellas, llama la atención la famosa fiesta en la sala Luz de Gas de Barcelona tras el 2-6 marcado al Real Madrid en la temporada 2009-2010.
La revelación de imágenes de Laporta en pleno frenesí (botella de Champagne en mano incluida) provocaron un tsunami en el seno del Barça y su masa social.