Fútbol
Iker Casillas y José Mourinho: historia de un desencuentro en el Real Madrid
Mourinho no se casa con nadie. Lo advirtió a su llegada al Real Madrid y en apenas una temporada ha demostrado que no le importa sacar el látigo sea cual sea su nombre. El concepto es sencillo: o comulgas con mis ideas y las apoyas o estás fuera. Cristiano Ronaldo, Benzema y Casillas han sido las últimas víctimas de tan simple ideario.
Éste último sufrió ayer mismo el castigo por no seguir los rectos renglones de Mou. La suplencia de Iker frente al Galatasaray turco en el Santiago Bernabéu es un pellizco de monja al capitán blanco por la osadía de contactar con el enemigo. La llamada a Xavi y Puyol para poner paz entre los miembros de la selección no gustó nada al técnico blanco.
A él parece importarle poco la hermandad que existía en la Roja. Le importa su estrategia. Por eso decidió dejar al arquero sin un solo minuto.
La cara de Casillas fue un poema durante todo el encuentro, especialmente cuando subió al palco a recibir, junto con Sergio Ramos, la copa de campeón. Mourinho justificó la medida con la necesidad de minutos de Adán. Verdad a medias. También había toque de atención a su portero en un duelo de poca trascendencia. De haber sido un choque de liga quizá no lo hubiera hecho.
Los primeros roces
Lo cierto es que las relaciones entre Mourinho y Casillas son de constantes altibajos. Todo comenzó cuando el de Setubal fichó aterrizó en el Bernabéu. El técnico impuso normas como entrenamientos tempranos o concentraciones prepartidos que no gustaron a la plantill.
Iker, como capitán, negoció posibles cambios que obtuvieron rotundas negativas por parte del portugués. Tanto frontón no gustó al portero.
Según 'El País', el año pasado al arquero recibió con desagrado algunos gestos que impuso su nuevo jefe. Gestos como que Jorge Mendes (representante de Di María, Cristiano, Pepe Carvalho, Coentrao y Mourinho) tuviera carta blanca para visitar los entrenamientos como si de un directivo más fuese.
El amago de Mourinho de irse a la selección de Portugal durante dos semanas y que el luso se posicionara junto a CR7 en el conflicto provocado por las críticas de su novia, Sara Carbonero, tampoco ayudó mucho. Iker y su entrenador mantenían las distancias.
El portero no entraba al trapo de sus declaraciones y no le ofrecía el apoyo que el técnico consideraba que tenía que darle su capitán.
Florentino interviene por Mourinho
Todo cambió cuando, mediada la primavera, Florentino tuvo una conversación con el jugador para pedirle que apoyara más a Mourinho. El técnico, a cambio, modificó su actitud en el vestuario con una actitud más crítica que agradó a Casillas. Fue entonces cuando llegaron gestos de Iker en los Clásicos. Gestos que enfadaron a los jugadores culés.
Casillas entendió que podía haberse metido en un lío y rebajó el discurso crítico en la Selección. Mourinho contraatacó filtrando su posible intención por quitarle la capitanía. El mensaje caló y el portero volvió a las andadas en la vuelta de la Supercopa criticando a Cesc por tirarse.
Apenas 24 horas después, Iker se dio cuenta del fallo y llamó a sus compañeros para pedirles disculpas. Fue entonces cuando Mourinho montó en cólera y volvió a la versión mala, la del castigo, la de sacar el látigo y meter en vereda a los suyos mediante suplencias dolorosas.
Si hay Liga, lo normal es que Casillas juegue en Zaragoza, pero nadie descarta que Adán pudiera ser titular. Con Mourinho, todo puede ser. Él nunca se casa con nadie.