Fútbol

Los éxitos del Barça, sus valores y el frenazo nacionalista de Rosell hacen a España más culé

    Una niña con la camiseta del Barça celebra el título del pasado sábado | AFP


    Las calles del centro de Madrid mostraron el pasado sábado (más todavía el domingo) una imagen poco habitual: camisetas del Barça por doquier llenando cafeterías, centros comerciales, plazas... Lo que hace tiempo era una utopía, hoy es una realidad. El equipo culé ha comenzado a convertirse en el equipo de España.

    El proceso se ha acelerado en los últimos años gracias al genial fútbol de Guardiola y los suyos. Estilo histórico con éxitos arrolladores en su haber. La fórmula es perfecta. A nadie le gusta ser de un equipo perdedor. Todos los aficionados aman a los conjuntos que siempre ganan y hoy por hoy, ese equipo se llama Barcelona.

    Adiós al nacionalismo

    Sin embargo, con ser este paso fundamental, existe otro también clave en esta 'barcelonización' del país: el abandono de las tesis nacionalistas que con tanto ímpetu defendía Laporta en sus años como presidente.

    La llegada Rosell ha supuesto una moderación considerable de la faceta político-social de club. Los blaugrana siguen apostando por un catalanismo de tintes independentistas, pero no se le da tanta promoción como antaño.

    Así es más fácil que aficionados de Madrid, Andalucía, Extremadura, Valencia o cualquier otra comunidad autónoma puedan sentirse identificados con su club pese a que se sientan españoles. La manipulación política de la era Laporta fomentaban una exclusión que ahora no existe.

    Los nuevos mandatarios prefieren fomentar más el lado deportivo, todo ello envuelto de un halo de valores puros y deportivos. "Esta es la liga de los valores", repitió el dueño del sillón presidencial tras conseguir el campeonato ante el Levante.

    Guardiola, el estandarte

    El plan es bien sencillo y tiene en Guardiola su mejor estandarte. Pep representa la imagen de la humildad, el esfuerzo y la dedicación basándose en el respeto por los rivales y la búsqueda de la excelencia. Factores intangibles que puso de manifiesto en la final de Wembley.

    El pasillo a los perdedores o que Abidal (afectado de un tumor hace unos meses) levantara la Champions en lugar del capitán Puyol son gestos que potencian expansión por toda España.

    A todo ello hay que unirle la identificación con la Selección Española (el grueso de 'La Roja' es de jugadores del Barça) o el fomento de la cantera, un valor siempre apreciado por los aficionados, también ayuda.

    El efecto desgaste del Real Madrid

    En el extremo contrario se encuentra el Real Madrid. Las declaraciones de Mourinho unidas al rechazo que ya generó la época de los galácticos han acrecentado una imagen de prepotencia que cada vez cala más entre los no aficionados al Real Madrid en el resto de España.

    Gestos como el de la visita a Lorca por parte de los merengues tratan de frenar la tendencia, pero por ahora el Barça lleva ventaja al Real Madrid en los últimos tiempos.

    Por eso no sería de extrañar que de aquí a unos años la tradicional tendencia madridista de España cambiara y que el país se tiñera más de color blaugrana que de blanco.