Fútbol

Cristiano Ronaldo, su divorcio con Mourinho y una heroicidad propia de la Champions

    Cristiano y Mourinho durante el entrenamiento de este lunes | EFE


    Llegó el día. FC Barcelona o Real Madrid ocuparán esta noche la primera de las plazas de la final de Wembley de la Champions League. Reto titánico especialmente para los blancos, un equipo en el que un nombre sobresale del resto: Cristiano Ronaldo y su ira contenida se enfrentan en el Camp Nou a uno de sus mayores retos.

    Ira contenida contra todo y contra todos, pero especialmente contra un hombre: José Mourinho. La no convocatoria de CR7 el pasado sábado para medirse al Real Zaragoza ha dejado posos de herida honda en el vestuario merengue.

    Divorcio a todas luces entre entrenador y estrella, divorcio entre el técnico que concedió los caprichos de la titularidad absoluta al delantero y el jugador que salvó la cabeza de los títulos al entrenador blanco. Aquel testarazo en Mestalla en la final de Copa puede que haya frenado mayores críticas contra el luso dependiendo de lo que ocurra esta noche.

    Sin embargo, ese gesto técnico de hace tan sólo 14 días parece cosa del pasado, como aquellos fines de semana en los que Ronaldo parecía estar por encima del bien del equipo jugándolo todo sólo para alcanzar sus propios objetivos particulares.

    No. Ahora no es así. Los tiempos han cambiado. "No me gusta cómo jugamos, pero me tengo que adaptar", dijo Cristiano tras el duelo de la ida en el Bernabéu.

    Vestuario dividido en torno a Mourinho

    Aquello dolió a Mourinho y desde entonces, el vestuario del Real Madrid se encuentra revuelto entre los que apoyan a muerte al técnico luso, los que sólo ven la vida pasar y los que se alegran de que por fin alguien se atreva a criticar internamente el todopoderoso planteamiento de 'The Special One'.

    Según informa el diario 'El País', CR7 cuenta a los suyos que por fin se siente satisfecho consigo mismo. Ha dicho lo que pensaba y ha sido fiel a sus ideas. Está cómodo en sus reflexiones dentro de un periodo en el que se le nota mucho más pausado, menos batallador.

    Aquel Cristiano constante buscapolémicas parece apartado de toda batalla que se dé dentro y fuera del terreno de juego. Parece actuar como un veterano, más que como el egocéntrico niño que siempre había aparentado desde que llegó a Chamartín.

    Así pues, el jugador es hoy una mezcla de serenidad y rabia. Ira deportiva contra el Barça y calma personal ante Mourinho con la que espera poder liderar la remontada merengue ante un rival que siempre se le dio mal.

    Hoy más que nunca, Cristiano Ronaldo quiere dejar atrás su maldición ante los momentos importantes y asaltar el Camp Nou y sus fantasmas.