Fútbol
Messi se enfrenta a su eterna deuda argentina contra los que le hacen bueno en el Barça
La expectación crece en Argentina. Hay ganas de ver a los campeones del mundo y, sobre todo, de vencerles en un amistoso que, como todos con la Albiceleste, no será un amistoso. Todas las miradas se posan en los de Vicente del Bosque con la avidez de descubrir el secreto de esos 'locos bajitos' que, especialmente los del Barça, tan bien hacen jugar a Messi vestido de blaugrana. 'La Pulga' también se examinará ante los pilares de su éxito, ante el centro del campo que le ha convertido en el mejor del mundo.
La prueba para el 10 argentino no será ninguna novedad. Cada vez que se enfunda la camiseta de su selección, todas las miradas se posan en él. Comienza la comparativa con el otro 10, el que cada 15 días da recitales de fútbol en el Camp Nou.
Messi nunca ha sido con su país el que deleita con el Barça. Lo dicen los números. Su último tanto en partido oficial con Argentina fue en marzo de 2009 y el último, en un amistoso, precisamente ante España en el Calderón, en noviembre del mismo año.
Hay más: Messi sólo ha sumado 13 goles de internacional, los mismos que hizo en los últimos 14 partidos de la pasada campaña con los de Guardiola. Está claro que la estadística no está del lado del actual Balón de Oro.
Argentina busca a 'Superman-Messi'
Tampoco lo están las sensaciones. Messi se agobia cuando se enfunda el escudo de la AFA. Se siente presionado y acelerado, con una constante deuda con su país, del que salió de pequeño rumbo a la Ciudad Condal. El aficionado argentino le reclama que dé con los suyos lo que da fuera de sus fronteras. Hasta ahora, no lo ha conseguido.
"Nosotros tenemos que entender que Messi solo no va a ganar un partido, y que tiene que jugar como lo hace en el Barça, que es un equipo. Es posible que en algún momento se ponga en equipo en el hombro, pero jugando al fútbol, más que nada", comentó este fin de semana su nuevo seleccionador, Sergio Batista.
Ese es el problema de Messi. Argentina no tiene el equipo del Barça. Su centro del campo es abismalmente menos táctico que el culé. Comparen.
Este martes los sudamericanos jugarán con Cambiasso, Mascherano, Banega y D'Alessandro en la medular. Iniesta, Xavi, Busquets o Pedro son sus habituales lugartenientes en el Camp Nou.
La comparación se hace grotesca si se mira al resto del equipo. De Alves, Piqué, Puyol, Keita o Villa a Heinze, Burdisso, Verón o Tévez. No hay color.
A Messi se le pide con Argentina que haga de él mismo y del resto de sus compañeros blaugranas.
"Se le pide mucho al Messi individual, al que tiene que ganar los partidos, al que tienen que hacer todo solo. Esa es una carga que al menos yo trato que él no sienta. Quiero que juegue, que esté contento, que disfrute, que se sienta como se siente en el Barcelona, que juegue de la misma manera, sin ponerlo en otro lado de la cancha", señaló Batista.
Vueltas de tuerca para sacarle jugo
Para lograrlo, el nuevo técnico medita darle la capitanía en próximos partidos. También le situará más libre en la delantera, al contrario de lo que hizo Maradona durante el Mundial. Obsesionado por convertirle en su versión de México 86, le ubicó en una mediapunta donde Leo se perdió y se marchó a casa sin hacer ni un solo tanto.
Marcar y ganar a la campeona del mundo, delante de sus compañeros en el actual campeón de Liga y ante un Monumental lleno daría al astro argentino el empujón que necesita para sentirse al fin importante. Fracasar en el intento otorgaría a la hinchada local un nuevo motivo para no creer en su jugador referencia.
Contradicciones extremas a la búsqueda de un sueño perdido: Messi quiere saldar de una vez la eterna deuda que mantiene con el país del que se fue para hacerse el rey del fútbol.