El primer ministro de Japón se compromete a aumentar un 3% las rentas
Crece el escepticismo en el mercado con respecto al programa de estímulos puesto en marcha por el gobierno nipón, que no está dispuesto a cejar en su empeño por reactivar la economía del país asiático. Hoy, el primer ministro Shinzo Abe ha anunciado un nuevo paquete de iniciativas entre las que destaca la de elevar las rentas en un 3% anual y establecer zonas económicas especiales para atraer a las empresas extranjeras.
El popular primer ministro, quien asumió el cargo en diciembre tras una sólida victoria electoral de su partido, dijo que apuntará a ganancias anuales del 3% o más en el ingreso nacional bruto per capita. Eso sería un aumento de 1,5 millones de yenes (11.466 euros) durante diez años a partir de unos 3,84 millones de yenes en 2012.
La amplia expansión monetaria del Banco de Japón, anunciada en abril, pretende alcanzar una inflación de un 2% en menos de dos años. Los analistas dicen que los salarios tendrán que subir más rápido para poner los precios al consumidor y el crecimiento en un dirección ascendente sostenible.
Abe también se está cuidando de no aparecer beneficiando a las empresas por encima de los consumidores antes de unas elecciones en la Cámara alta en julio. "Creo que el objetivo más importante por alcanzar es el ingreso per capita nacional bruto", señaló.
"Eso es porque el objetivo de nuestra estrategia de crecimiento no es más que crear puestos de trabajo para personas entusiastas y elevar el salario para aquellos que trabajan duro (...) En pocas palabras, dejar que las familias se beneficien. Ese es el punto", agregó.
Más medidas
Además, Abe ha anunciado una serie de reformas que afectarán a diversos sectores. Entre los planes que ha revelado, se incluye la de desregular y liberalizar sectores como el energético, el farmacéutico o el de infraestructuras.
Habló de aumentar la inversión en la industria energética doméstica hasta los 30 billones de yenes (230.000 millones de euros) hasta 2013, y de sacar adelante la ansiada liberalización del sector para acabar con el monopolio de las diez eléctricas regionales, que acaparan la generación, la transmisión y la distribución.
También abogó por triplicar las inyecciones de capital público y privado en carreteras, aeropuertos u obras hidráulicas hasta los 12 billones (91.000 millones de euros) de aquí a los próximos 10 años.
Además, ha prometido articular medidas para duplicar la inversión extranjera en Japón hasta los 35 billones de yenes (más de 260.000 millones de euros) de aquí a 2020. Uno de los recursos para atraer dicho flujo de capital foráneo pasaría por crear zonas económicas especiales, en las que se contemplaría una relajación de la fiscalidad para las empresas (el impuesto de sociedades en Japón está en torno al 37%, el segundo más alto de la OCDE).
Sigue la decepción
Sin embargo, las propuestas para la estrategia de crecimiento (la llamada tercera flecha de la política económica de Abe, conocida popularmente como Abenomics) decepcionaron sin embargo a los inversores por su falta de concreción.
Una de las consecuencias se ha dejado notar en la Bolsa de Tokio, que cerró la sesión con pérdidas. Hoy el Nikkei se ha precipitado tras el discurso del mandatario hasta dejarse un casi un 4%.