El Blockchain como instrumento de la Economía Colaborativa
Alex Preukschat
Muchas personas creen que entender el funcionamiento de la tecnología Blockchain es uno de los retos más grandes. Y es cierto. La propuesta que nos brinda una Blockchain Pública y su lógica es compleja, pero no es el mayor de los retos. En realidad, Blockchain nos plantea un cambio de paradigma a todos nosotros, que no es otro que alejarnos de modelos de pensamiento centralizados -con los que estamos más familiarizados porque están presente en todas las facetas de nuestra vida- para tratar de imaginarnos un mundo completamente distinto.
Todas las instituciones creadas por los humanos son artificiales y definen nuestras posibilidades de interelacionarnos. Sin embargo, las Blockchains públicas ofrecen la posibilidad de crear nuevas relaciones entre pares (P2P en inglés) con más de 7.000 millones personas del mundo -o al menos para los que tengan acceso a Internet- como potenciales usuarios. Es ahí donde entra un nuevo concepto de economía colaborativa podría explorar nuevos horizontes de la mano de Blockchain.
Para eso contamos con Gustavo Segovia, colaborador de Ethereum Madrid y Nodo de Economía Colaborativa con BlockchainEspana.com. Durante sus estudios de MBA diseñó y desarrolló un modelo de negocios para la creación de una criptomoneda respaldada en Capital Humano y desde entonces ha sido un apasionado por la economía colaborativa.
¿Qué es la Economía Colaborativa?
La Economía colaborativa como la conocemos hoy en día es una falacia y tampoco es algo muy nuevo en el plano Digital como muchos creen. La primera plataforma que unía oferentes y demandantes de un producto o servicio (que es lo que se entiende hoy en día como plataforma de Economía colaborativa) fue fundada hace ya 22 años, con el nombre de eBay. Plataforma cuyo modelo de negocio es y ha sido centralizar las transacciones entre peers, y cobrar una comisión nada despreciable por la gestión, de la misma manera que hace Uber o Airbnb.
¿Por qué el modelo de economía colaborativa en plataformas no es colaborativo?
La sharing economy tiene muy poco de colaborativo o de compartir. Las plataformas que vemos hoy en día lo que hacen es utilizar las ventajas de la tecnología y de la hiperconectividad en la que vivimos para crear canales de marca y nuevos mercados bajo demanda. Eso sí, más eficientes de los que teníamos anteriormente. Crean la ilusión de que la gente está colaborando entre ellos cuando en realidad se trata de una clásica operación comercial. Algunas incluso basan su modelo en un sistema de sostenibilidad muy dudosa, tal es el caso de Uber, cuyo modelo de negocio no comprende los costes del desgaste de los vehículos de quien los conduce. Uber se aprovecha de la necesidad financiera de conductores para lucrarse con el desgaste de los demás: Para ilustrarlo nada mejor que citar a Raúl Rojas, Profesor de la Universidad de Berlín quien afirma que "Uber no es ni capitalismo, es capitalismo parasitario, capitalismo que explota situaciones sociales penosas para enriquecer a unos pocos."
¿Pero es todo tan malo en la Economía Colaborativa que vivimos hoy en día?
La habilitación de plataformas tecnológicas para facilitar intercambios comerciales entre las personas -que normalmente no se habrían contactado entre ellas-, ha permitido una nueva generación de valor entre los mercados y ha escalado de manera impresionante.
Probablemente ya estaremos cansados de nombrar y analizar casos de negocio de mucho éxito como Airbnb, Uber, Wallapop, Blablacar... y probablemente ya sabemos todos que Facebook es el mayor ente de contenido a nivel global sin ninguna producción propia de contenido, que Airbnb es la mayor proveedor de alojamiento sin poseer un solo bien inmueble o que Uber es la mayor transportista de particulares del planeta y no tiene un solo coche; pero es algo necesario y relevante recordarlo de nuevo, pues es la evidencia empírica de que las sociedades ya han empezado a darse cuenta del valor que se ofrece por conectarnos unos con otros, y de que los mercados también están dispuestos a modificar sus hábitos de consumo siempre que vean un notable beneficio en ello.
¿Entonces la economía colaborativa real cómo es para tí?
Primero, los conceptos de colaboración y compartición de recursos deben estar presente cuando hablamos de economía colaborativa. Es la creación de un nuevo ecosistema que gira alrededor de un único propósito que bien puede ser un producto o un servicio donde las comunidades juegan un papel fundamental y donde se saca más valor si se fomentan incluso nuevas relaciones sociales.
¿Y qué sobre la tecnología? ¿No es una pieza importante también?
Solo si queremos escalar el ecosistema. El mejor ejemplo es el del Banco del Tiempo, un modelo que propone sistemas de intercambio de servicios, habilidades y conocimientos, cuyo único sistema de valoración es el pasar del tiempo mientras se ejecuta tal servicio o se fabrica un producto. En la Comunidad de Madrid habrían por ejemplo ya 32 bancos del tiempo activos en septiembre de 2015.
¿Pero hay muchos modelos actuales, por ejemplo Blablacar que entrarían en tu concepto de economía colaborativa?
Es verdad. De hecho Airbnb es de mis preferidos pues propone una verdadera optimización de recursos de movilidad, donde no se permite un ánimo de lucro a los prosumers y los pagos son solo para cubrir gastos.
Los Prosumers es aquel agente dentro del sistema económico que produce y consume al mismo tiempo, no es el cliente o usuario final (pasajero de blablacar), sino quien ofrece el servicio en cada contexto. En el caso de Uber o Blablacar sería el conductor del vehículo.
¿Y en la economía colaborativa donde entra Blockchain?
Blockchain nos ofrece una oportunidad de darle autenticidad a lo que entendemos como sharing o colaborativo respecto a las propuestas que vemos hoy en día. Sus propiedades de descentralización nos permitirán que el valor del ecosistema no sea acumulado en una compañía o marca central, sino que el valor final generado del mismo sea justamente distribuido entre los participantes que han aportado un valor inicial a la comunidad, generalmente serían los prosumers.
Blockchain permite la creación de DAOs, que son, por sus siglas en inglés Organizaciones Autónomas y Descentralizadas, que se definen en un principio como organismos carentes de jerarquías y de carácter democrático que habilitan a los individuos y comunidades a intercambiar valor en un ecosistema dado y tomar decisiones conjuntas que afecten a la comunidad gracias a los mecanismos de gobernanza que éstas establezcan.
Una DAO no debe estar enfocada a la economía colaborativa, pues esta puede tener distintos propósitos, pero su concepto si provee una manera habilitar lo que yo llamo la verdadera economía colaborativa, o la economía colaborativa descentralizada.
¿Cómo funcionarían estos mecanismos de creación de valor común que propones?
Son mecanismos de creación de valor individual y común al mismo tiempo. Creo que hay muchas maneras en que estos mecanismos pueden ser diseñados, éste es sólo un ejemplo de cómo podría funcionar:
Por cada transacción hecha entre prosumidores y clientes finales (por ejemplo en fiat, o en cualquier cripto de valor como bitcoin o ether), la organización descentralizada se quedaría con un porcentaje de la misma, ésto con el fin de cubrir los gastos de la plataforma o de inversiones comunitarias a futuro. Ésta tasa o fee, sería retribuida al prosumidor, quien es el agente generador de valor, en una criptomoneda propia de la DAO. Dependiendo del modelo de negocio decidido por los fundadores de la organización (o idealmente por la DAO misma una vez los problemas de gobernanza sean resueltos), ésta criptomoneda podrá representar capital de stock sobre la organización (security) o podrá servir para el intercambio de productos y servicios (utility) dentro de la misma DAO, o incluso fuera de ella cuando dispongamos de buenos mecanismos de integración entre distintos ecosistemas. O incluso una combinación de ellas dos.
El modelo de negocio estaría así completamente descentralizado, y comprometería a los token holders a promover de manera comprometida al uso del sistema, de tal manera que el valor de las criptomonedas subiría con la inyección de recursos externos (fiat, bitcoin, etc.) al ecosistema.
¿Qué retos le ves para que tal sistema con Blockchain sea posible?
Además del de la gobernabilidad, veo retos en el diseño criptoeconómico y la cultura del mercado.
Lograr consensos para gobernar un sistema no es nada fácil, por más que las decisiones deban ser orientadas a mejorar la experiencia de usuario, a mantener la esencia base de la organización y a maximizar el valor compartido (como lo puede ser la valorización del token o criptomoneda que la comunidad tenga en común). Siempre habrá egos y opiniones divididas, conflictos y problemas en la comunicación.
Organizaciones como Aragon.io ya están trabajando en una plataforma descentralizada que servirá como sistema de jurisdicción para facilitar la gobernabilidad de otras organizaciones descentralizadas. Creo, y espero en que ellos marcarán el antes y el después de las DAO.
Diseñar sistemas de incentivos y penalizaciones basados en smart contracts para que los individuos participantes en economías colaborativas descentralizadas, colaboren y se eviten acciones egoístas. Y así obtener beneficios conjuntos e ininterrumpidos no es nada trivial, y esto lo afirmo en primera persona. Hace falta mucha experiencia y conocimiento en Teoría de Juegos, psicología, sociología, filosofía y por supuesto en Economía, lo que no creo que garantice tampoco el éxito. Sólo una serie de implementaciones con ejemplos reales, ganas de experimentar, y observaciones objetivas de los resultados... para poder adaptar luego tal diseño. Es lo que se conoce como el enfoque propuesto por Lean Startup, es decir, seguir el ciclo de crear, medir y aprender.
La cultura de los mercados es generalmente el principal reto a superar cuando se proponen soluciones innovadoras porque a los usuarios les cuesta trabajo entender, pues es algo totalmente para ello. Sin embargo, creo que al superar los retos mencionados anteriormente, los comportamientos de los consumidores serán moldeados naturalmente, pues habilitarán la creación de valor tanto a nivel individual como a nivel comunitario.
Gustavo Segovia es colaborador de Ethereum Madrid y Nodo de Economía Colaborativa con BlockchainEspana.com
Alex Preukschat es autor coordinador del libro 'Blockchain: La revolución industrial de Internet' publicado por Ediciones Gestión 2000 (Grupo Planeta) ya disponible a la venta en Amazon.es y en la Casa del Libro, la novela gráfica 'Bitcoin: la caza de Satoshi Nakamoto' y Nodo Coordinador de BlockchainEspana.com. Las novedades se pueden seguir en @LibroBlockchain y LibroBlockchain.com.