España, incapaz de aprovechar el auge del turismo para crear empleo de calidad
Lucio A. Muñoz
España posee el sector turístico más competitivo del mundo. Así lo determinó el Foro Económico Mundial tanto en 2015 como en 2017, en un informe que elabora cada dos años comparando los sectores turísticos de 136 países, además de su influencia en la economía estatal.
El sector turístico español ha sido valorado de forma sobresaliente, gracias sobre todo a sus infraestructuras, su patrimonio cultural, su seguridad y su sanidad.
Tampoco hay que olvidar que el sector turístico español se ha visto favorecido por el impacto del terrorismo en otros países que son competidores directos.
Sin embargo, el estudio también advierte de las carencias de España en este campo, como por ejemplo el auge del turismo 'low cost'. También señala que existe margen de mejora en lo relativo a las barreras burocráticas y el entorno político, que frenan el desarrollo de negocios en España.
Nuevo récord en 2017
Sea como fuere, la prueba más evidente de la buena salud del sector turístico español es el comportamiento del mismo en 2016, año que se cerró con más de 75 millones de turistas, una cifra récord.
Un éxito que se ha prolongado hasta la Semana Santa de 2017, en el que la tasa de ocupación superó en un 10% a la del año precedente, impulsada por la llegada masiva de turistas extranjeros y el crecimiento del turismo interior.
Ante estas circunstancias, la previsión es que en 2017 se alcance un nuevo récord de visitantes.
Excesiva dependencia
Así, se puede afirmar que el turismo es el auténtico motor de la economía española, y una de las claves de la recuperación (aún no consolidada completamente) de la misma. Además, el turismo es también una de las principales causas de la progresiva reducción de la tasa de desempleo.
El problema es que gran porcentaje de los nuevos puestos de trabajo creados en este sector cuentan con un perfil precario, que no aporta un gran valor añadido. Indicativo de que la economía tiene una excesiva dependencia del turismo, y que el modelo productivo del sector se identifica cada vez más con "el sol y playa".
Las pymes no crecen
El auge del turismo tampoco está sirviendo para impulsar el crecimiento de las pymes españolas, lo que tampoco permite que estas pequeñas empresas creen más empleo: no les compensa aumentar sus plantillas. Los altos costes laborales suponen un importante freno.
En este sentido, la fiscalidad sobre los salarios representó un 36% de los costes laborales en 2016. Un estudio elaborado por la OCDE constata que la presión sobre el trabajo en España es insostenible en términos de desarrollo y competitividad empresarial.
En concreto, este nivel de presión en España es superior al que registran otras economías más desarrolladas. El resultado de todo ello no es otro que la perpetuación de un entorno marcado por los salarios bajos de los trabajadores y por un inexistente crecimiento de los pequeños negocios.