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¿Boicot a Cataluña? Un tema serio y probable


    Jorge Mongay

    Los boicot han sido, son y serán armas potentes utilizadas por las masas antes situaciones que ellas mismas consideran injustas y que atentan contra sus intereses. En la actualidad, en multitud de columnas y debates televisivos en Cataluña, con absoluta frivolidad, se minimizan las consecuencias de un posible boicot de España a los productos y marcas catalanas. Veamos una breve historia de algunos boicots tras consultar en varios artículos acreditados.

    En el 2014, activistas de Solidaridad Palestina celebraron una doble victoria sobre la marca SodaStream, empresa con instalaciones en el West Bank ocupado por Israel. Las primeras noticias fueron las de que la empresa cerraba su buque insignia en la zona.

    En 2013, la empresa Good Energy del Reino Unido dejó de usar los servicios de G4S como proveedor de medidores por la presión de los consumidores. G4S estaba bajo el boicot también por sus actividades empresariales en los territorios ocupados de Palestina. El año 2012 Mini Babybel se disculpó y retiró líneas de productos tras el escándalo de su campaña de marketing la cual había utilizado la frase Mentally ill holidays (vacaciones de enfermos mentales).

    También en el 2012 asistimos a campañas de activistas para eliminar las ventas de productos procedentes de pieles animales, siendo víctimas de ellas firmas como Flannels, quien anunció que dejaría de vender dichos productos.

    Asimismo Johnson & Johnson reformuló todos sus productos de niños eliminando el preservativo liberador de formaldehído; esto tuvo lugar en respuesta a un boicot promovido en los EEUU por la plataforma Campaign for Safe Cosmetics (CSC) señalando la utilización tóxica de productos químicos en sus champús infantiles.

    En el 2010, The John Lewis Partnership lideró la lucha contra el mulesing, lo cual es un tipo de mutilación realizada por ganaderos australianos que consiste en cercenar pedazos de carne de los lomos de ovejas con unas tijeras de podar, sin administrarles analgésicos, como un método barato de prevenir infecciones por gusanos (a pesar de que existen métodos humanitarios y sofisticados de controlar las parasitosis). En su declaración, los conocidos jeans Lewis exigían que todos sus proveedores certificasen mediante auditorias independientes que no habían ejercido tales actividades sobre los animales.

    Ese mismo año, Nestlé también cedió ante Greenpeace prometiendo no contribuir a procesos de deforestación, casi 1,5 millones de personas vieron el spot de Greenpeace y más de 200.000 emails fueron enviados tras demostraciones en las oficinas centrales de Nestlé. Greenpeace comentó: "No esperábamos que la firma cambiase su política de manera tan rápida".

    Fruit of the Loom sucumbió al mayor boicot estudiantil reabriendo su fábrica en Honduras la cual había cerrado tras haberse organizado en sindicato los trabajadores, tuvo que recontratar a 1.200 personas y pagar 2.5 millones de dólares en compensaciones económicas. La campaña se inició en 2009 con acciones de estudiantes en el Reino Unido aglutinando a 96 universidades y llegó a costar a la empresa 50 millones de dólares.

    En 2009 Kimberly-Clark cede de nuevo, en 2008 Donna Karan y su marca DKNY hacen lo mismo tras ser presionadas por fomentar trabajo esclavo y dumping social, en 2007 el grupo De Beers sufre un golpe por sus implicaciones en Kalahari, donde los nativos eran expulsados de sus zonas y De Beers perdió un negocio de 2.200 millones de dólares.

    El 30 de septiembre de 2005, el diario de mayor tirada en Dinamarca, el Jyllands-Posten publicó 12 caricaturas de Mahoma y tras el impacto internacional rehusó pedir disculpas. El 20 de enero de 2006 se inició en los países de Oriente Medio un boicot a cualquier marca danesa. Firmas de primer nivel internacional como Bang & Olufsen, Lego o Arla Foods (uno de los primeros fabricantes mundiales de derivados lácteos) fueron víctimas del boicot.

    Este boicot se cobró a mediados mediados de febrero de 2005 la reducción del 85% de las ventas de productos lácteos en la zona de Oriente Medio. Según palabras de Astrid Gade Niels expresadas a la BBC, "nos ha costado 40 años crear este negocio en la zona y ahora vemos cómo se desvanece en cuestión de 5 días" (BBC News, 31 Enero de 2006).

    Las empresas nombradas anteriormente son de gran peso económico, alta presencia internacional y por desgracia poseen un ADN territorial más fuerte que la mayoría de las que tenemos en Cataluña. Aun así, han reculado, han bajado la mirada y se han arrodillado ante campañas mediáticas de peso bien organizadas. La última campaña a comentar es la que se ha cerrado hace menos de una semana en la que el Banco Santander se ha comprometido a no financiar proyectos de deforestación en Borneo a través de la empresa April tras presiones y vídeos demoledores en las redes sociales subidos por los activistas de Greenpeace. ¿A qué nos lleva todo esto? A ver realmente que un boicot no es una broma.

    Cuando hablamos de boicot en Cataluña siempre sale el cava pero creo que no es bueno tomarlo como ejemplo ya que no es representativo de las pymes catalanas. Es un producto con Denominación de origen (D. O.) muy asentado en el sector y un poco especial. No es representativo, pero hay que comentar que en España está entrando con fuerza el cava italiano Prosecco, y no tiene nada que envidiar al cava catalán, lo que confirma que hay sustitutos competitivos.

    La mayoría de boicoteos antes enunciados así como los demás tienen un denominador en común: la indignación de los colectivos. Las causas de la indignación suelen ser variadas pero siempre acaban en un círculo de temas similares tales como religión, territorios, políticas y-o abuso de fuerza. Sin ir mas lejos, las ventas de vino francés cayeron hasta un 26% en la máxima tensión política en los EEUU por las distintas posiciones de ambos gobiernos en cuanto a la invasión de Irak, existiendo discrepancia política e ideológica moderada, sin llegar a indignación popular.

    ¿Acaso algunos siguen creyendo que el planteamiento de una secesión unilateral de Cataluña de un vecino al que ha estado 500 años anexionada va a ser diluida así tal cual? ¿Un país de 46 millones de individuos que es el 12º territorio en PIB en el mundo, el 5º en fuerza política en la UE, el 6º en el mundo en recepción de inversión directa extranjera y el 2º inversor directo en Latinoamérica se va a quedar parado? Es posible pro poco probable. Si un grupo de estudiantes en 96 universidades o unas caricaturas en la minúscula y pacífica Dinamarca hacen estos estragos, ¿Qué pueden hacer millones de españoles indignados? Y cierto es que ya hay muchos indignados como para echar más leña al fuego.

    Cuidado y alerta con lo que cuentan para minimizar lo negativo de un boicot porque no hay más ciego que quien no quiere ver.