Firmas
El relevante papel de los BRIC
En una situación donde las próximas citas electorales van marcando, desafortunadamente, el paso de la economía, y donde Europa sigue expectante con la evolución del devenir griego, con su ministro estrella, el divo Varoufakis, a la cabeza, otros temas esenciales que afectan a la prosperidad futura parecen quedar en un segundo o tercer plano.
Y es ahí donde la marcha económica de los países emergentes, o el papel del dólar, tienen un rol esencial. La economía de la globalización que nos afecta a todos no se circunscribe únicamente a lo que pasa en Europa; como ya sabemos va mucho más allá. Y es aquí, donde lo que pueda suceder en las economías emergentes más relevantes del planeta tendrá un efecto clave en lo que suceda dentro de nuestras fronteras.
En este sentido, los BRIC, nacidos según las ideas del economista jefe en su día de Goldman Sachs, Jim O'Neil, son los países fundamentales de lo que hablamos. Este acrónimo, que agrupa, como es bien sabido, a Brasil, Rusia, India y China, que, posteriormente, con la incorporación de Sudáfrica en 2011 se amplió a los BRIC, constituye un panel de países cuyas economías son fundamentales en la marcha de la economía europea y, muy singularmente, de la española. De ahí que, sin ruido, Alemania, lo haya entendido claramente y sea, quizás, el único país europeo que presta la debida atención a sus relaciones con estos países, ya que sabe que su futuro está encadenado a ellos.
Irán, país estratégico
Unos países que sin haber incorporado a sus siglas a Irán, tiene en algunos casos fuertes relaciones con este país. Una potente economía regional que, poco a poco, ha ido consolidando su posición en su área de influencia.
Basta acercarse por Dubai para constatar el hecho de las importantes inversiones iraníes en la zona o, simplemente, ver cómo el petróleo iraní fluye hacia China y otros países al margen de las sanciones impuestas por europeos y norteamericanos. Unas relaciones que se estrechan por el lado ruso con el histórico acuerdo de 20.000 millones de dólares firmado en Teherán a inicios del mes de septiembre de 2014 para "mejorar" la cooperación entre ambos países dentro de la industria del gas y el petróleo.
Un país, Irán, que no deja de ser la nación dominante de Oriente Medio, no sólo por ser el cuarto país en reservas probadas de crudo o el segundo en reservas de gas, sino por su capacidad de influencia política y militar en el área, aparte de contar con una población superior a los 80 millones de personas.
Y es aquí donde Rusia juega el papel determinante de venir en su ayuda, tanto en lo que se refiere a la energía, como en estrechar las relaciones mediante la construcción de una nueva línea férrea entre Rasth, en el borde del Mar Caspio, con Astara en la frontera con Azerbaiyán.
A lo anterior habría que añadir el acuerdo firmado en mayo de 2014, poco después de la anexión de Crimea, entre el presidente ruso Vladimir Putin y su homónimo chino Xi Jinping mediante el cual Rusia suministrará gas a China en los próximos 30 años incorporando un nuevo gaseoducto. Un acuerdo cercano a los 400.000 millones de dólares que tendrá importantes repercusiones geopolíticas y económicas.
Alemania entiende el juego
Y es aquí donde entraría el juego de Alemania que, con la anuencia de Francia, ha enfriado la política de fuerza en contra de Rusia por parte de Estados Unidos. Un hecho que esconde, por otro lado, la necesidad alemana de mantener buenas relaciones con su principal suministrador de gas, que no es otro sino Rusia.
A la vez que las exportaciones alemanas, que suponen hoy el 50% de su Producto Interior Bruto, necesitan de mercados globales donde entran China y, por supuesto los grandes países de la alianza BRIC, ya que únicamente la mitad de tales exportaciones quedan en suelo europeo, marchando el otro 50% a los mercados externos a la UE, especialmente a países asiáticos.
Una circunstancia que echa por tierra esas afirmaciones que argumentan la necesidad que tiene Alemania de mantener a Grecia dentro del euro. Nada más lejos de la realidad. Grecia hoy no supone ningún problema, ni para la estabilidad del euro ni para Alemania. Los problemas se encuentran más allá de las fronteras europeas. Baste ver cómo el Gobierno griego se va replegando de sus posiciones maximalistas, y cómo los representantes de la troika ya campan por sus respetos en Atenas.
Apuntes sobre Brasil
Y en otro ángulo estaría Brasil. País clave para varias multinacionales españolas, hoy sumido en serios problemas políticos debido a la corrupción. A lo que habría que añadir la estrategia que mantiene en cerrar cada vez más su economía a las importaciones con tipos de interés hoy fuera de toda norma.
Una joya económica de los últimos años que entra en una delicada senda económica cuando las previsiones para 2015 apuntan a una inflación del orden del 4,5% y un parco crecimiento por debajo del 1%. Unos hechos que si bien se paliarán de alguna manera con los buenos pronósticos de crecimiento de la economía española, no dejarán de tener sus efectos en varias empresas clave de nuestra economía.
Dejamos para otra ocasión un detenido análisis de este país que nos conecta, por otra parte, con la realidad latinoamericana, tan influyente en nuestra economía.