Firmas

Cada cual en su lugar, pero todos a una

  • Urge un pacto por la Sanidad que garantice la asistencia a los ciudadanos


En muchas ocasiones el árbol no nos deja ver el bosque y para tomar perspectiva no hay nada como saber alejarse del problema para contemplar las múltiples soluciones que afloran a nuestra mente y que hasta entonces no habíamos sido capaces ni de ver, ni de apreciar en toda su magnitud. La nueva revista especializada en Salud y Finanzas de elEconomista.es

Con ello, me estoy refiriendo a la sanidad en su conjunto, una sanidad hoy por hoy plagada de estereotipos, inmovilista y con pocas pretensiones de que nada cambie aunque todos seamos capaces de apreciar que el rumbo que lleva, con las cargas ingentes que soporta y con la presión creciente a la que va a tener que hacer frente, le va a ser más que difícil poder dotar de estabilidad a una nave que otrora fuera un ejemplo, pero que hoy precisa de medidas innovadoras que nos hagan garantizar a todos los ciudadanos, tanto la cobertura asistencial como especialmente la solvencia necesaria para que sea sostenible en el tiempo.

No voy a entrar en estas breves líneas a pormenorizar recetas que con mayor o menor fortuna se están poniendo encima de la mesa por unos y por otros, pero sí que quiero aportar una llamada a la serenidad y al diálogo entre todas las partes involucradas en dotar de solución a algo tan importante para todos nosotros, los ciudadanos de este país, como es la protección de la salud mediante las herramientas y los recursos más avanzados disponibles.

Falta reflexión

Dicen los expertos que para que haya diálogo lo primero que hace falta es aportar una buena dosis de reflexión previa despojada de dogmatismos y de apriorismos más o menos interesados, y para que se produzca esa meditación en profundidad sobre el problema que tenemos en ciernes y para dar con la solución más adecuada es necesario sustentar nuestras conclusiones en datos objetivos, datos que se vienen aportando desde su creación por instituciones como IDIS, por el propio Ministerio de Sanidad y las CCAA o por parte de fundaciones y escuelas de negocio, sociedades científicas, asociaciones de pacientes y demás.

Lo que no es de recibo es que con todo el conocimiento disponible, con toda la información en nuestras manos, no seamos capaces entre todos de poner mano sobre mano y generar una nueva estrategia nacional de salud que contemple a todos los operadores del sector, aprovechando las cualidades y bondades de cada cual, olvidando si son de tal o cual sector, si son públicos o privados, si son de este u otro partido político, o si pertenecen a tal o cual sindicato. Un pacto por la Sanidad es fundamental, es clave, necesario y urgente, un pacto que estructure una estrategia que involucre a todos, una estrategia inclusiva que no estigmatice a nadie por intereses más o menos espurios. La sociedad en su conjunto está demandando este consenso, esta visión conjunta que nos haga salir de un túnel del que de otra forma nos va a ser imposible ni siquiera vislumbrar la luz en un futuro más o menos próximo.

Si eso fue posible en un momento tan delicado y con tantas cuentas pendientes, ¿cómo no va a ser posible que hoy, cuarenta años después, con todo el camino ya recorrido y la experiencia acumulada, no seamos capaces de tender lazos y puentes en materias tan relevantes como el estado del bienestar que nos podemos permitir o la propia integridad territorial de España dentro de un espacio supranacional que es Europa?

Dialogo y pacto

El diálogo y la cultura del pacto contribuyen sobremanera a entender y aceptar la posición del que no piensa como nosotros y en un Estado libre donde el ciudadano tiene la opción de elegir en cualquier orden de su vida, no es de recibo que cualesquiera puedan sentirse estigmatizados por corrientes de opinión que hacen del derecho de los demás un eslogan que airear y que lanzar a la cara a quienes no opinan como ellos, por cierto, la mayoría de la veces no se sabe bien con qué objetivo, ¿o sí?...

Curiosamente, todo lo que de positivo tiene nuestra sociedad, la innovación creciente, las elevadas tasas de supervivencia y de años ganados a la vida, los novedosos y exhaustivos conocimientos moleculares de nuestra esencia como seres humanos, la ingente actividad frenética de nuestra sociedad exigente son las mordazas que pueden hacer que los sistemas sanitarios, no solo de España, sino de todo el contexto geográfico que nos rodea, terminen por ahogar a este Estado del bienestar que con tanto esfuerzo y tesón, y entre todos nos hemos sabido dotar, por lo tanto, todos, tenemos la obligación de saberlo proteger mediante una visión objetiva y realista de las prestaciones que hoy son indispensables, necesarias y por lo tanto irrenunciables.

No permitamos que la evolución y el desarrollo sea el que determine las desigualdades en nuestra sociedad, generando oportunidades de salud mayores para los que más tienen y poseen y para ello sepamos sumar esfuerzos, buscar fórmulas de consenso en las que cada cual aporte aquello que pueda y mejor sepa hacer en beneficio de una sociedad global que demanda cada vez con más ahínco de nuestra amplitud de miras, de nuestro altruismo ideológico, de nuestro desprendimiento dogmático y de nuestro conocimiento puesto al servicio de todos.

Fernando Mugarza, director de Desarrollo Corporativo de IDIS.