Firmas

Fabián Estapé Rodríguez: Para avanzar... vuelta atrás como el cangrejo



    Queridos lectores, como estamos en fechas en las que se suele disfrutar de la comida más de lo habitual (o al menos se solía antes de que nos tuviésemos que apretar el cinturón), vamos a introducir nuestro artículo como si de gastrónomos nos tratásemos y a decir, no sin doblez, que después de las carnosas crónicas que sobre la coyuntura económica actual se han podido paladear en las diversas secciones de elEconomista, hoy pasamos a catar un sabroso suquet de pescado en el que no faltarán los crustáceos como el cangrejo, y que, sin duda, ¡traerá cola!

    Por fin se ha roto el tabú y empiezan a sumarse cada vez más voces a la reiterada propuesta de este viejo economista y a rugir con fuerza la vuelta a la peseta y al resto de las monedas nacionales de aquellos países de economía más débil (incluso en algunos mentideros, como The Wall Street Journal, ya han sacado a la luz que algunos bancos centrales europeos se están preparando ya para acuñar y emitir sus monedas locales). Hay que ser conscientes de que esta posibilidad también conlleva sus contras (la devaluación inmediata de las divisas bajo la presión de los mercados, la pérdida del valor del ahorro, el encarecimiento del costo de vida, la retirada de depósitos de los bancos y el consiguiente cataclismo del sistema financiero, el aumento del valor de la deuda externa, etc.). Sin embargo, los beneficios serían directos y palmarios a corto plazo, y eso es lo que, precisamente, se necesita en estos momentos para poder avanzar y alejarnos del agujero negro que amenaza con tragarnos dentro de la galopante e imparable crisis de deuda europea.

    Que vuelva nuestra moneda

    En este país, estamos en un lapso en el que un nuevo equipo de Gobierno debe afrontar la sísmica situación en la que nos encontramos, y la vuelta a la peseta sería una de las principales medidas de choque que se deberían adoptar.

    Sería necesario que los políticos escuchasen voces sabias, como la de Joseph Stiglitz, que señalan que en Europa "no se ha tomado el rumbo adecuado" y que el verdadero riesgo es "caer en el fetichismo del déficit". Según nuestro criterio, y a resultas de los datos que día a día estamos analizando, los Gobiernos llevan, desde que vieron las orejas al lobo erróneamente retirando estímulos y subiendo las cargas e impuestos; medidas que, como se ha demostrado en el caso griego, sólo conducen a obstaculizar el crecimiento y a llevar la economía a un círculo vicioso muy difícil de romper.

    Según este gurú de la economía, "el euro está herido y puede que no sobreviva. Corre el riesgo de desaparecer si no se genera una ola de solidaridad, si no se ponen en marcha soluciones institucionales (...) El problema es evidente, pero la lentitud y la debilidad de la respuesta cuestionan la supervivencia del euro"... o, lo que es lo mismo, siempre hay quien hace leña del árbol caído, y las economías más fuertes (si es que aún queda alguna verdaderamente libre de contagio) no han tomado de forma decisiva cartas en el asunto porque ¿les conviene, quizá, no hacerlo?

    ¿Piensa Rajoy en la peseta?

    Así pues, el Ejecutivo que toma el timón de una de estas naves zozobrantes debería incluir en el plan de choque frente a la crisis, que suponemos esté afinando para aplicar en el crucial periodo de los 100 primeros días de mandato, la vuelta a nuestra unidad monetaria nacional, a la peseta, a las rubias, a la tela; pues, perdónenme el sonsonete, ni siquiera poner en circulación todos los billetes de los Monopoly, aunque sería todo un brindis a la proverbial picaresca española, resultaría suficiente para salir del apuro.

    Ningún experto economista, financiero, académico o entidad de análisis... nadie de este país que entienda lo más mínimo de Economía piensa como en su día lo hizo Góngora. Nadie ha dicho: "Ándeme yo caliente y ríase la gente. Traten otros del Gobierno del mundo y sus monarquías", sino que todos nos hemos puesto manos a la obra para ofrecer apoyo para abordar con la mayor celeridad posible la estrategia que se le presupone al novel Ejecutivo. Por eso, esperamos que uno de los consejos que más adeptos está ganando, dentro y fuera de nuestras fronteras, la citada vuelta a la peseta, la estrategia del cangrejo para avanzar, no caiga en saco roto... ¡Dicho está!