Europa

Renzi rompe las filas de Berlusconi e impone a Mattarella

    Matarella, nuevo presidente de Italia. <i>Imagen</i>: Reuters


    "Estamos delante de la concreta posibilidad de que una personalidad autorizada y apreciada por todos como Sergio Mattarrella se convierta en Presidente de la Republica" declaraba Matteo Renzi el viernes por la noche, antes de la votación decisiva del sábado auspiciando que "sobre el nombre de Mattarella, presidente de la República de todos los italianos, se determine la convergencia más amplia para el bien común de Italia".

    El llamamiento del primer ministro italiano no fue en balde: tras tres votaciones dominadas por las papelates blancas, el sábado por la mañana la ala izquierda del Parlamento y los partidos de centro se sumaron al Pardido Demócrata (PD) en votar al juez constitucional. Pero los 665 votos conseguidos por Mattarella (cuando los sufragios necesarios del pleno integrado por diputados y senadores eran solo 505 sobre 1009) indican que el llamamiento de Renzi hizo mella incluso en Forza Italia, el partido de Silvio Berlusconi que había ordenado votar en blanco.

    El antiguo Cavaliere, quejándose de que el primer ministro no le había consultado a la hora de elegir el candidato a presidente, decidió oponerse a Mattarella ya que éste en 1990 dimitió de su cargo ministerial con tal de no aprobar a una ley que legalizaba el imperio mediático berlusconiano. Sin embargo el perfil del nuevo presidente ha convencido a casi 40 entre diputados y senadores de Forza Italia.

    Democristiano progresista y profesor de derecho público, Mattarella se acercó a la política en 1983 tras la muerte de su hermano Piersanti, presidente autonómico de Sicilia asesinado por la mafia. Tras cubrir varios cargos ministeriales el nuevo presidente de la República fue quien, en 1993, escribió la ley electoral que dió a Italia un sistema de alternancia de Gobierno tras décadas de dominio de la Democracia Cristiana. Finalmente fue nombrado en 2011 juez constitucional por una amplia mayoría. "El pensamiento va sobretodo y ante todo a las dificultades y a las esperanzas de nuestros conciudadanos" dijo nada más resultar elegido.

    El amplio apoyo que Mattarella ganó entre diputados y senadores es una buena señal para la estabilidad política de Italia y una pésima noticia para Berlusconi, que ha demostrado no saber controlar a su partido. El líder conservador esperaba que haber ayudado a Renzi a aprobar algunas reformas le hubiera garantizado el derecho de veto en la elección del futuro presidente.

    No fue así. Es más, eligiendo a Mattarella, el primer ministro ha conseguido superar las tantas divisiones internas de su partido haciendo, al contrario, estallar las contradiciones del frente conservador, donde ahora el liderazgo de Berlusconi es cuestionado por el joven Raffaelle Fitto. De hecho, junto al nuevo presidente, el verdadero ganador de estas elecciones presidenciales resulta ser el primer ministro. Renzi sale reforzado del pulso con Berlusconi y demuestra ser de momento el verdadero amo de la política italiana. Una ventaja que ahora podrá utilizar para sacar adelante su tanto esperado plan de reformas políticas y económicas.