Europa
Londres debate la exención fiscal a las actividades comerciales de la Corona
La recomendación del Parlamento británico de replantear la exención fiscal de las actividades comerciales del Ducado de Cornualles, que ostenta el Príncipe Carlos, ha reabierto el debate acerca de posibles ventajas competitivas para la Corona.
El informe publicado la semana pasada por la Comisión de Cuentas Públicas, que hace un año se había convertido en azote del escapismo tributario de gigantes como Google, o Amazon, instaba al Ministerio del Tesoro a comprobar si librarse de impuestos como el de Sociedades, o de Ganancias de Capital, estaba generado un "campo de juego injusto" para los competidores de una institución que abarca 53.408 hectáreas de terreno en 23 condados del Suroeste de Inglaterra, entre otros.
En el último año, el Ducado incrementó sus ingresos hasta los 33,6 millones de euros y su titular recibió, como consecuencia, unos 22,3 millones. Sumados a los 1,4 millones de fuentes públicas y descontando los 12,9 destinados a tareas reales del propio Carlos y de su esposa Camila, los duques de Cambridge y el príncipe Harry, el montante se quedó en 10,7 millones.
Sobre esta cantidad el heredero sí paga impuestos, voluntariamente, según se decidió en 1993, un año después del annus horribilis de la Monarquía británica. Así, Carlos abonó 5,2 millones en concepto de IRPF, bajo el tramo máximo, e IVA, si bien las cuentas no desgranan a cuánto por cada concepto.
Las actividades comerciales
Sus finanzas personales, sin embargo, preocupan al Parlamento menos que las implicaciones de las actividades comerciales del Ducado, el segundo mayor propietario de tierras de la Corona, sólo por detrás del de Lancaster, en manos de la propia Reina.
No en vano, mientras sus competidores tienen que abonar tasas que, en el caso de la de Sociedades, llegan al 23%, el Ducado puede explotar sus tierras sin inquietarse por el fisco. De momento, ya se ha defendido: no está sujeto a impuestos como éste porque no es una empresa y no se le pueden aplicar los de Ganancias de Capital, porque las que se produzcan deben ser reinvertidas en el negocio.
A su favor tiene normas que pesan desde la constitución del Ducado en 1337 y estipulaciones globales como el Memorándum de Entendimiento de la Tasación Real, publicado en marzo para sustituir al de 1993, que confirma no sólo la exención para las propiedades de la Corona, sino que tanto Isabel II como su primogénito no están obligados a pagar impuestos, puesto que ambos están sujetos al régimen especial que pesa sobre la Corona. El Parlamento, que también demanda un mayor escrutinio sobre las cuentas del Ducado, incide en que: "Hay un número de pasos que podrían contribuir a acercar una institución histórica a las expectativas de la actualidad". Recuerda que las cifras que recibe el Tesoro son remitidas por el Ducado, a partir de una auditoría externa, sin un control más independiente. El ministerio avanzó que revisaría el informe, pero la elección de sus palabras sugiere que su querencia va más hacia mantener el statu quo.