España

El 'derecho a decidir' del socialismo catalán rompe el PSOE de Rubalcaba

    Pere Navarro y Alfredo Pérez Rubalcaba. <i>Imagen: archivo</i>


    Ruptura. Ésta fue una de las palabras más escuchadas durante la reunión que el Grupo Socialista del Congreso mantuvo en la mañana de ayer, en la que se hizo patente la división que en el seno del primer partido de la oposición ha provocado la decisión del Partido Socialista de Cataluña (PSC) de votar a favor de las resoluciones de Convergencia i Unió e ICV en apoyo de la consulta soberanista catalana.

    Y fue nada menos Alfonso Guerra, uno de los referentes del socialismo español y ahora presidente de la Comisión de Presupuestos de la Cámara Baja, quien planteó inicialmente la posibilidad de romper si los 14 diputados del PSC no cumplían la orden oficial de rechazo a las dos resoluciones. Una posición que fue secundada, entre otros, por nombres también históricos del PSOE como el exministro José Blanco, la exportavoz en el Senado Carmela Silva, Chiqui Benegas o Consuelo Rumí.

    La reunión, convocada para debatir las propuestas de resolución del Debate sobre el Estado de la Nación, derivó en una encendida polémica sobre el voto favorable al derecho a decidir que defiende el PSC, y en contra de la voluntad el secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien sólo unas antes se pronuncia a favor de una "revisión de las normas "que rigen la relación entre ambas formaciones".

    "El PSC lleva tiempo diciendo que las quiere revisar y hoy les digo que el PSOE también: el PSOE, cuando decida un tema sobre Cataluña, tiene que consultar al PSC, y el PSC, cuando decida un tema sobre España, tiene que consultar al PSOE. Ese es el elemento central: el equilibrio, la simetría", afirma Rubalcaba.

    Pero no sólo en el Grupo Parlamentario se hablaba de ruptura. Desde las distintas federaciones territoriales del PSOE se hacían oír las voces de los barones y otros dirigentes cuestionando la continuidad del acuerdo con el PSC.

    El más contundente fue el secretario general de los socialistas extremeños, Guillermo Fernández Vara, quien no tuvo reparos en afirmar que "fue bonito mientras duró", antes de añadir que "no se puede descartar nada porque el 90 % de los militantes socialistas no entiende esta situación".

    En la misma línea, el líder de los socialistas castellano-manchegos, Emiliano García Page, advertía que "romper las reglas del juego puede traer consecuencias", aunque se mostraba partidario de "trabajar para que no se rompan más puentes". Una posición que compartía también el secretario general de Madrid, Tomás Gómez, quien calificó de "fracaso" la ruptura de voto de los socialistas catalanes.

    Mientras, la vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano, admitía que la situación abierta en el seno del partido no es "plato de gusto", pero refrendaba la postura oficial de revisar las relaciones sin romper, y anunciaba, eso sí, que habrá sanciones para los diputados que hayan roto la disciplina en la votación. Una decisión que se contradecía con la anunciada una hora antes por la portavoz Soraya Rodríguez, quien aseguró que no habría sanciones.