España

Análisis: ¿Peligra el gobierno del PSOE en Extremadura?

    El coordinador general de Izquierda Unida, Cayo Lara. Foto: Archivo


    Durante toda la etapa democrática, el PSOE ha gobernado Extremadura con mayoría absoluta. Ello ha generado resentimientos en Izquierda Unida, una formación que se ha sentido ninguneada por los socialistas, que no la han necesitado hasta ahora, cuando los resultados autonómicos fuerzan la coalición de los dos partidos de izquierdas: el PP ha conseguido 32 escaños, 30 el PSOE y 3 una coalición IU-V-SIEX.

    La enemistad ha llegado a un punto que una parte de las bases de Izquierda Unida, especialmente en los pequeños municipios en zonas rurales, ha hecho saber su disconformidad con que su formación facilite el acceso al poder de los socialistas.

    Y la dirección regional, que ha desoído en primera instancia el mandato de la cúpula federal dirigida por el coordinador Cayo Lara, ha optado por celebrar consultas de base.

    Secretismo en la dirección

    En este proceso estamos, en medio de un cierto secretismo que parece indicar que la dirección extremeña, dirigida por Pedro Escobar (candidato a la presidencia de la comunidad), estaría viendo el modo de apagar los fuegos de la disidencia.

    Esta es la razón por la que el 18 y 19 de junio se reunirán la Presidencia y el Consejo Regional para abrir la segunda fase; en estas reuniones, se decidirá cómo seguir "canalizando el debate", "especialmente si ha vencido la opción de dar el Gobierno a Monago", dicen algunas fuentes conocedoras de la situación. La dirección baraja una posibilidad: abrir, a partir del día 21, una segunda vuelta. Se supone que para entonces se habrán serenado los ánimos y habrá cundido poco a poco la convicción del mal menor: siempre será mejor para IU poder influir en un gobierno de izquierdas que resignarse a la pasividad con un gobierno de derechas, teniendo que soportar además la repulsa política de muchos conmilitones.

    El asunto no es banal, ni puede reducirse a una cuestión de matices: la 'pinza', que ya fue ensayada en tiempos de Anguita, genera un gran rechazo social en la izquirda y, como sucedió entonces, puede provocar el hundimiento de la coalición, ahora que ha conseguido un leve repunte de la mano de Cayo Lara.

    Pero es que, además, el coordinador actual ha mantenido durante toda la campaña electoral que su formación política impediría el acceso al poder de la derecha allá donde estuviera en condiciones de impedirlo. De hecho, la propia dirección de IU había aprobado por unanimidad esta actitud, que ahora se quiere vulnerar y se está vulnerando de hecho en algunas agrupaciones locales y en la región extremeña.