Iberdrola presiona para cerrar el primer ciclo combinado de gas en España
Iberdrola está dispuesta a reducir su potencia en ciclos combinados de gas natural. La eléctrica que preside Ignacio Sánchez Galán presentó ayer una nueva solicitud de cierre para una de sus plantas de gas ante el Ministerio de Industria, concretamente, el grupo 3 de la central de Castellón.
La eléctrica, que ya solicitó en julio de 2013 el cierre de la central de Arcos de las Frontera, plantea ahora una nueva fórmula con un cierre parcial de la instalación, para tratar de llevarlo a buen puerto, ya que la instalación gaditana todavía no ha recibido el permiso para poder cerrar. De este modo, la compañía quiere desprenderse de una capacidad de 793 MW, de los 1.647 MW con los que cuenta esta central.
Con este nuevo planteamiento, Iberdrola se adelanta a la respuesta que pueda dar posteriormente Red Eléctrica, al asegurar que un cierre de este tipo no afectaría en modo alguno a la seguridad de suministro eléctrico, ni del país, ni de la Comunidad Valenciana. De hecho, fuentes consultadas por este diario, recuerdan la cercanía en la zona de la central de ciclo combinado de Sagunto o de las centrales nucleares, tanto de Cofrentes, propiedad de la propia Iberdrola, como de Vandellós, y añaden que al tratarse de un cierre parcial reforzaría la demanda del grupo 4 con 854 MW de potencia.
Caída de la demanda
La decisión de cierre planteada por la eléctrica, la segunda realizada en esta línea, se enmarca en el Plan de Eficiencia de las Centrales Térmicas que puso en marcha la compañía en el año 2012 y cuyo objetivo era adaptar sus instalaciones de generación a la fuerte caída de demanda existente así como a la entrada de renovables. La gran capacidad de producción de la energía eólica y fotovoltaica ha provocado un descenso del llamado hueco térmico (la capacidad de operar este tipo de centrales) y ha convertido a las centrales de gas en plantas de respaldo para garantizar el suministro cuando el recurso renovable es insuficiente.
REE además ha señalado en varios informes que España tiene capacidad sobrante de ciclos combinados y la propia CNMC ha reconocido que hasta el año 2017 nuestro país no necesitará de nueva capacidad de generación.
De hecho, en respuesta a esta situación de sobrecapacidad, el Ministerio de Industria prepara desde hace casi más de un año un real decreto para permitir hibernar este tipo de centrales. Sin embargo, la referida normativa todavía no ha sido aprobada.
Por su parte, Red Eléctrica tiene que presentar el Gobierno un estudio de los ciclos combinados necesarios para garantizar la seguridad de suministro.
La idea es celebrar una subasta para hibernar las centrales pero las dudas sobre el pago de impuestos o los años de duración mantienen esta normativa en el cajón.
La producción de los ciclos combinados en España cayó un 40 por ciento en 2013, tras el descenso de un 63 por ciento del año 2012, lo que deja a estas plantas en una producción que apenas ha alcanzado los 1.700 GWh, es decir, un 2,9 por ciento del total generado en España.
Iberdrola además se ha comprometido a mantener la plantilla fija de la planta, que en la actualidad suponen 53 personas, tal y como ha hecho en los procesos de cierre similares que ha llevado a cabo en los últimos años con las plantas de Pasajes, Lada 3 o Aceca 1, todas ellas de carbón.
Centrales de carbón
El Ministerio de Industria está negociando también durante estos días un acuerdo con los sindicatos de la minería para darle un futuro a las centrales de carbón. Los sindicatos han reclamado que las eléctricas tengan que quemar un 7 por ciento de carbón nacional, frente al 15 por ciento actual, lo que de cerrarse apenas dejará un poco más de espacio a las centrales de gas, menos contaminantes.
El Gobierno quiere utilizar las centrales de carbón nacional como un sistema de reserva estratégica para que la Comisión Europea permita seguir manteniendo este sector.
El escaso funcionamiento de las centrales de ciclo combinado y la parada de la cogeneración, con más del 25 por ciento de la potencia, están provocando una fuerte caída del consumo de gas. Todo lo anterior, está agravando el déficit de tarifa de este sector, que según la última liquidación de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia ya llega a los 746 millones de euros, lo que representa un 34 por ciento más que el año pasado.