Energía

El Midcat no es la única solución: gaseoductos "infravalorados y "una estrategia global" son otras opciones

  • Existen dos alternativas "infravaloradas"
Sánchez y Scholz en un paseo en A Coruña- Reuters

Ana Llorente

Desde el inició de la guerra en Ucrania el debate sobre la creación del gaseoducto Midcat- un proyecto que en 2019 quedó relegado al cajón del olvido- vuelve a estar encima la mesa. Esta semana, Olaf Scholz y Pedro Sánchez presentaron un plan de acción conjunto, con el que "seguirán presionando" a Francia para crear una mayor interconexión entre España y el resto de la UE.Un proyecto que costaría 442 millones de euros de llevarse a cabo.

La propuesta recalca que "la construcción de un gasoducto lo suficientemente grande y preparado para el hidrógeno a través de los Pirineos, -que esté operativo en 2025- es de vital importancia para lograr un mercado interior de la energía verdaderamente sólido dentro de la UE, acelerar la transición ecológica y reforzar la autonomía estratégica del bloque". Por ese motivo, "seguirán presionando para lograr una mayor capacidad de interconexión de la península ibérica con el fin de mejorar su contribución a la seguridad de suministro energético de los estados miembros", explica el documento publicado este miércoles.

¿Existe una conexión entre España y Francia?

La realidad es que ya existen dos gaseoductos que conectan el territorio español y el francés, pero no por Cataluña- donde se planea la construcción del Midcat- sino por Navarra y País Vasco. En concreto, son el Larrau-Alçay y Irún-Biriatou, los cuales están "infrautilizados, según el gobierno francés. La gestión de ambos la lleva la empresa española, Enagás, que los comercializa de forma conjunta con el nombre de VIP Pirineos.

Aunque Francia asegura que envía gas a España, lo cierto es que en, lo que va de año- exceptuando el mes de agosto, el flujo ha ido en la dirección contraria. Según datos de Enagás, las exportaciones ascendieron este 2022 a 13.000 GWh mientras que el año pasado se importaron 6.700 GWh. El saldo fue exportador para el país ibérico el 75% de los días de enero a septiembre de este año, Además, cabe mencionar que las interconexiones han funcionado al máximo tan sólo el 20% de los días. Este último dato reafirma la posición de los galos en torno a la construcción de un nuevo gaseoducto.

Alternativas al Midcat

Más allá de un mayor uso de los gaseoductos, una de las principales alternativas es la regasificación, y, en ello, España tiene un gran potencial ya que cuenta con seis plantas. El país ibérico posee un 34% de la capacidad de regasificación de la UE y un 44% del almacenamiento de gas licuado. Eso, junto a su potencial en energías renovables, son las principales bazas españolas para apoyar este proyecto que ensalzaría a España como proveedor de gas, pese a no contar con una producción reseñable.

Una alternativa más económica sería la de llevar el gas en barco hasta una desgasificadoras situada en Marsella y de ahí distribuirse, en vez de dirigirlo a España y realizar el proceso en las plantas españolas. Otra de las opciones es la construcción de nuevas factorías en aquellos países que no cuenten con las necesarias para importar grandes cantidades de gas licuado.

Javier Porras, profesor de Derecho de la Unión Europea de la Universidad CEU San Pablo, señala que "Alemania y el resto de estados miembros deberían preocuparse no solo a nivel interno" sino que tendrían que crear "una estrategia global porque si no de nada va a servir aumentar la capacidad de regasificación de ningún estado miembros de la unión europea, si el suministro que entra es escaso para el conjunto de los veintisiete". Aunque el abastecimiento de energía es un tema de seguridad nacional y, por tanto, es una competencia de los países. Porras recalca que "no es un problema de interconexiones sino de entrada de recursos energéticos en la UE" ya que como se reparta "internamente es una cuestión menor" el rompecabezas "viene de ¿cómo entra?, ¿de dónde entra? y ¿a qué precio entra?".

La posición francesa

Emmanuel Macron, en una rueda de prensa, expresó que "¿invertir ahora en un tercer gasoducto- entre el territorio francés y español- respondería a nuestros problemas? No lo creo". Una posición que llevan manteniendo varios meses desde el Elíseo. El "no" al Midcat se argumenta en que existen dos alternativas "infravaloradas" y a que Francia está suministrando gas a España, algo que según los datos de Enagás solo ocurrió en agosto.

Uno de los principales motivos de rechazo es que actualmente Francia se encuentra suministrando gas a Alemania e Italia -dos de los países europeos que sean visto más afectados por los cortes rusos-, que se han convertido en su principal mercado exterior. La duración de las obras, el coste para el país y la destrucción del medio ambiente- el gasoducto iría por zonas de costa cerca de Marsella-son otros de los contras franceses.