Empresas y finanzas
Los contratos blindados o cómo cobrar indemnizaciones por una mala gestión
¿Por qué clama John McCain contra los contratos blindados? Quizá se deba a los 200 millones de dólares que percibirán el consejero delegado de Merrill Lynch, John Thain, y los dos antiguos empleados de Goldman Sachs que reclutó para que le acompañaran, en el caso de que el rescate de la entidad por parte de Bank of America conlleve su despido o un recorte de sus funciones.
Y todo se lo deben a su golden parachute o contrato blindado. Un sabio instrumento que evita que los ejecutivos pierdan sus privilegios cuando tengan que abandonar la empresa que ayudó a engordar sus cuentas corrientes. Y es que el talento y el riesgo asumido, en especial en el caso de los bancos de inversión, se premia con sueldos de varios ceros a los que es difícil renunciar.
El problema aparece cuando los directivos estrella, en lugar de hacer prosperar el negocio, lo hacen quebrar. En ese momento, estar al tanto de las indemnizaciones y bonus a las que tendrían derecho los responsables hace rechinar los dientes.
Objetivo: acabar con los bonus injustos
Este es el caso de John MCain, que ha convertido a estos acuerdos de despido en una de las puntas de lanza de su discurso económico, ante la gran crisis que está sufriendo el sistema financiero estadounidense. Después de que se confirmase que Bank of America iba a lanzar un salvavidas de 50.000 millones de euros al agonizante Merrill, el candidato republicano a ocupar el sillón del Despacho Oval aseguró que acabaría con las "bonificaciones multimillonarias para aquellos que han acabado con la confianza".
"Vamos a reformar la forma en la que Wall Street hace sus negocios y acabar con la avaricia que ha llevado el mercado al caos", aseguró en un mitin en Florida en el que comparó a Wall Street con un casino.
Paraíso del juego o no, lo cierto es que Merrill Lynch apuesta fuerte por sus CEOs. La indemnización de Thain, que ya recibió 15 millones de dólares cuando fue contratado, se llevará otros 11 millones en pagos en acciones si después de la integración con Bank of America se ve forzado a dejar su puesto, según recoge Bloomberg.
La cantidad es elevada, pero inferior a la obtenida por Stan O'Neal, el anterior máximo responsable de Merrill, a su salida de la firma: un total de 161,5 millones de dólares en concepto de acciones preferentes, opciones y pensión, de acuerdo con datos de Fortune. El ex presidente de Citigroup, Charles Prince, también forma parte de esta lista: se fue del banco de inversión con una compensación de casi 30 millones, a pesar de las pérdidas que estaba registrando la compañía.
Los colegas de Thain tampoco se irían con las manos vacías. El director de operaciones, Thomas Montag, será indemnizado con 76 millones, mientras que Peter Kraus, al frente de la division de estrategia, fue recompensado con 95 millones por unos pagos de Goldman a los que tuvo que renunciar al marcharse a Merrill Lynch, según fuentes cercanas a la operación citadas por Bloomberg.
Los que salen perdiendo
Pero para que el platillo de los directivos suba en la balanza de las remuneraciones tiene que bajar el de los inversores. Volviendo a Merrill, sus acciones habían reportado unos beneficios anuales de más del 13% entre los años 2000 y 2006.
Sin embargo, de acuerdo con Bloomberg, desde que Thain aterrizó en el consejo de dirección, en diciembre de 2007, sus acciones se han devaluado un 60% lastradas por el impacto de la crisis subprime.
A esto hay que añadirle que la operación de compra de Bank of America establece que el pago al accionista se realice en títulos, por lo que saldrán perdiendo si las acciones de la entidad financiera estadounidense caen en bolsa antes de que se cierre el acuerdo, previsto para principios del año que viene.