Arturo Sánchez indica que las grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas forman parte de una dieta equilibrada
MADRID, 29 (EUROPA PRESS)
Estos últimos ayudan a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares; incrementan los niveles de lipoproteínas de alta densidad (HDL), conocidas como 'colesterol bueno'; y disminuye el riesgo de aterosclerosis y enfermedades coronarias. Algunos de estos ácidos son el ácido omega 3 y el ácido omega 6, que también permiten reducir los niveles de lipoproteínas de baja densidad (LDL) o 'colesterol malo'
Por contra, las grasas saturadas y 'trans' aumentan el 'colesterol malo' y contribuyen a la formación de placas de ateroma en las arterias, lo que incrementa la respuesta inflamatoria o la disfunción endotelial, dos desórdenes que favorecen la progresión de las enfermedades cardiovasculares.
El jamón ibérico de bellota presenta una alta concentración de ácidos grasos monoinsaturados, cuyo origen se encuentra en las bellotas que consumen los cerdos ibéricos utilizados para obtener el jamón, que presentan en su carne tasas de ácido oleico de cerca del 55 por ciento.