Royal Caribbean: "Cada pasajero gasta unos 60 euros por escala"

La directora general de Royal Caribbean, Celebrity Cruises y Amazara Club Cruises en España y Portugal, Belén Wangüemert, cuenta con más de 20 años de experiencia en el sector de los cruceros. Antes de unirse a la empresa Royal Caribbean, a finales de 2005 trabajaba en el turoperador Latitud4, especializado en la representación de diferentes compañías de cruceros en España.

¿Qué estrategias ha utilizado el grupo para capear la crisis en España?

Hemos hecho un gran esfuerzo de adecuación de nuestra capacidad en el mercado y nos hemos centrado en comunicar al consumidor y los agentes de viajes qué nos hace diferentes y por qué nuestro producto ofrece la mejor calidad-precio. Además, nos centramos en la innovación y en crear experiencias y barcos únicos para todas las edades. Somos conscientes de que hay que evolucionar y revolucionar, y ser capaces de ofrecer continuamente barcos y destinos que sorprendan, como los de la clase Oasis o la clase Quantum. Esa será la única manera de seguir creciendo y liderando la industria, como venimos haciendo los últimos años.

¿Ve signos de recuperación en el mercado español?

Vemos un claro auge del sector turístico que impacta al mercado de cruceros. El consumidor y las agencias de viaje valoran cada vez más la excelente relación calidad-precio del producto. En 2015 habrá una ligera recuperación respecto a 2014, una tendencia que ya comenzó a intuirse, sobre todo en cuanto a rentabilidad, a partir de 2013.

Dentro del grupo, ¿con qué otros puertos compite Barcelona para ser base permanente de sus embarcaciones?

Actualmente, es la Capital del Crucero fuera del Caribe, puesto que ya ha acogido barcos de Royal Caribbean que, hasta ahora, sólo operaban desde puertos como el de Fort Lauderdale y era inimaginable que tuvieran aquí su base. Barcelona demuestra esa capacidad de adaptación y de avanzarse al potencial crecimiento del sector que la hacen única.

¿Qué impacto genera su operativa en la ciudad de Barcelona?

Según datos de Turisme de Barcelona, se calcula que cada pasajero deja unos 61 euros en escala y 113 si embarca directamente en la ciudad, mientras que los miembros de la tripulación que desembarcan gastan una media de 30 euros. Según ello, sólo la llegada del Allure of the Seas tendrá un gran impacto económico en Barcelona. El barco tiene capacidad para más de 6.000 pasajeros, que dejarán hasta unos 113 euros de media, hecho que unido a lo que gastarán los más de 2.300 miembros de la tripulación, generará un impacto estimado de unos 17 millones de euros esta temporada.